El Racing ya tiene a la vista el título del grupo 1. Solo cinco puntos lo separan de terminar en lo más alto un campeonato liguero que está acabando de una manera arrolladora, demostrando por qué está en el liderato de la tabla clasificatoria. Ayer, frente al Arenteiro, volvió a hacerlo para conseguir su quinta victoria consecutiva y sumar una goleada más a su cuenta de resultados. Ahora, lo que intentará es asegurar lo antes posible el campeonto para preparar en mejores condiciones la fase de ascenso.
No le hizo falta al Racing rayar a su mejor nivel para controlar el partido. Sobre todo porque enfrente se topó con un rival que, con una línea de cinco jugadores en defensa y otra de cuatro más pendiente de cortar que de crear, demostró que lo que más le preocupaba era que el tiempo pasase sin que el marcador se moviese. El plan, sin embargo, se le torció al equipo de O Carballiño poco después de llegar a los diez minutos de juego, momento en el que el meta Rui dejó una pelota suelta en el área cuando la intentaba atrapar un centro desde la izquierda y Juan Antonio no dudó en remacharla.
El tanto, de todas maneras, no animó en encuentro más bien plano, en el que el Racing solo brilló a cuengotas y el Arenteiro apenas fue capaz de llegar a la portería racinguista –un golpe franco que botó Emilio y Diego Rivas paró después de que la pelota tocase en la barrera fue su única ocasión–, En cambio, en la cuenta racinguista aparecen dos goles anulados por fuera de juego –uno más claro que el otro– a un Juan Antonio que se mostró muy activo.
Sentencia
De cara a evitar sorpresas desagradables, el Racing no tardó ni cinco minutos en aumentar su ventaja después de que Joselu remachase con tranquilidad un centro desde la izquierda de Pablo Rey. Poco después, el capitán racinguista, a través de un golpe franco que despistó al meta visitante, marcó el tercero del cuadro verde. Y en menos de diez minutos Juan Antonio redondeó su actuación al remachar un pase de Joselu desde la izquierda. Es decir, que mediada la segunda parte el encuentro estaba más que sentenciado.
Los últimos minutos, por eso, se convirtieron en un trámite en busca del final. Solo ciertos momentos de relajación del equipo ferrolano permitieron al Arenteiro, que no dejó de intentarlo, acabar encontrando el gol –lo logró a poco del final con un remate de Ross tras el pase de Maxi–. Pero la victoria racinguista, que ya ve la meta, no peligró.