Pontedeume volvió ayer al pasado de la mano del VII Encontro de Bicicletas Clásicas Leboreira que este año trascendió las fronteras gallegas con participantes procedentes de León y Portugal. Un total de 25 personas –una cifra que duplica la de la pasada edición– ataviadas con ropa de época secundaron esta peculiar cita ya consolidada en el calendario de la peña ciclista Leboreira y que permite a sus participantes revivir el uso de un medio de transporte que nada tiene que ver con las BTT actuales. “É unha forma de ver como se empregaban antes as bicicletas, que non teñen as facilidades das de agora e coa indumentaria que se facía”, explicaba ayer Daniel Cendán, uno de los participantes y miembro de la peña.
La orografía de Pontedeume tampoco facilita la tarea a estos amantes de lo clásico sobre dos ruedas, de ahí que la organización plantee cada año itinerarios por la zona. Ayer, tras recorrer las calles del casco urbano de la villa de los Andrade, la comitiva puso rumbo al pinar de Cabanas y desde ahí a la localidad aresana de Redes. No faltó en la jornada la tradicional degustación de pulpo, uno de los alicientes de la cita para lo que en pasadas ocasiones llegaron a desplazarse hasta Mugardos e incluso Betanzos.
Es así como una iniciativa, que nació hace ya siete años como un encuentro familiar, gana cada edición adeptos que, por un día, viven en la calle la pasión por su hobbie.