Aunque todas las informaciones indicaban que así sería, no fue hasta ayer cuando la empresa Ailes Marines SAS, participada en un 70% por Iberdrola, anunció oficialmente en el puerto de Brest que la alianza entre Navantia y Windar es la elegida como proveedora preferente en el contrato de construcción de un total de 62 jackets para el parque eólico de St. Brieuc, en Francia.
Las previsiones son que el contrato de fabricación se firme en febrero del año que viene y, tres meses más tarde, en mayo, se aprueben los planos, con lo que la construcción de las piezas debería comenzar el próximo verano. Las estructuras constan de tres patas y son de mayor tamaño que las construidas por Navantia en los contratos de eólica marina ejecutados anteriormente.
Esta instalación, que se localizará frente a las costas de la Bretaña francesa, contará con una extensión de unos 78 kilómetros cuadrados y una capacidad de generación de hasta 496 megavatios.
Tras conocerse la decisión, Navantia ha asegurado que se trata “del contrato más importante” de los firmados por Navantia-Windar en este mercado. Además, señaló que el proceso de fabricación será el “habitual” en los trabajos compartidos con Windar, es decir, construir las jackets en el astillero de Fene y los piles en Avilés. Una parte de los trabajos que contempla el proyecto se realizará en los astilleros de Brest, en concreto los denominados “stabbings”, los nudos inferiores y la estructura de celosía para 34 jackets. De todos modos, la integración de todos los subconjuntos, explica la compañía pública, se realizará completamente en Fene.
A la satisfacción de Navantia se sumó también la del alcalde de Ferrol, Ángel Mato, quien calificó el anuncio de “excelentísima noticia” y destacó que le gustaría que la de Navantia “fose unha aposta clara pola eólica mariña e que se puidesen investir máis recursos para non quedarmos só nesa parte e sigamos avanzando nunha tecnoloxía de futuro e limpa”.
Huelga en la UTE Tecman-Rayma e Indasa por el despido de quince trabajadores
Los trabajadores de la UTE Tecman-Rayma y de Indasa, encargadas de los servicios de mantenimiento de Navantia y del mantenimiento de las cabinas, respectivamente, acordaron ayer en asamblea iniciar el próximo lunes, día 23, una huelga indefinida en respuesta al despido de quince compañeros.
Ramón Fernández Afonzo, de la CIG-Industria, explicó ayer que Tecman-Rayma “nin sequera informou aos nove despedidos, que nuns casos estaban de vacacións e se enteraron polo banco de que viñan de recibir un ingreso en concepto de 20 días de indemnización por ano traballado, máis unha cantidade por non preavisar con 15 días de antelación”. “Outros”, añadió, “enteráronse porque fallaron as súas tarxetas ao pasar polas cabinas de identificación do astaleiro”. En el caso de Indasa, sí les comunicó el despido a los seis operarios.
Aunque las empresas argumentan que los despidos se deben a que Navantia ha tomado la decisión de reducir el mantenimiento por falta de actividad, desde la central nacionalista entienden que su pretensión de las compañías es “desfacerse destes traballadores que conseguiron recentemente o dereito á subrogación” y que ahora “sae máis barato despedir”.