La resistencia física, el único límite

La resistencia física, el único límite
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El pasado año, “Patxin” le arrebató el triunfo, pero en esta ocasión, Fernando Luiña no estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad de inscribir su nombre en el palmarés del único “Ironman” que se disputa en Galicia. Por eso, el duatleta de Luarca, haciendo buenos los pronósticos, se mantuvo entre los mejores en todo momento para, a partir de la primera transición, tomar el liderato para no soltarlo más.
Fue el más rápido de los más de trescientos deportistas que, a las siete de la mañana, tomaron la salida de una competición de distancias colosales –3,8 kilómetros de natación, 180 sobre la bicicleta y más de 42 de carrera a pie– en la que la resistencia física y mental de los participantes es igualmente titánica.
Jesús Carlos Quintás fue el primero en cubrir las dos vueltas de recorrido que los participantes tuvieron que dar al trazado dispuesto en el lago de As Pontes. Jorge Ramos y el propio Luiña lo siguieron en el arranque de la transición pero este último hizo buena su destreza a la hora de deshacerse del neopreno, enfundarse los aperos ciclistas y subirse a la bicicleta, lo que le permitió comenzar el siguiente sector en cabeza. Un lugar que no abandonaría ya.
La niebla fue la protagonista de las primeras horas de la prueba, lo que permitió a los participantes librarse de un sol abrasador que no hizo acto de presencia hasta el último sector. Así, con una temperatura agradable, el cielo encapotado y sin apenas aire, el pelotón, cada vez más fragmentado, cubrió el circuito entre As Pontes y Vilalba.
Durante el mismo se fueron definiendo las posiciones y los favoritos comenzaron a presentar sus credenciales al podio. Luiña, por delante, amplió su renta hasta más allá de los once minutos sobre su inmediato perseguidor, el deportista del cuadro pontés Trinity Triatlón Chechu Penas, y sobre Luis Alberto Paredes, a casi veinte segundos del anterior.
Paredes, tremendamente fuerte en la carrera a pie, recortó distancias adelantando a Penas y situándose a solo cuatro minutos de un Luiña que, en ese momento, supo administrar su renta y sus fuerzas para completar la carrera en primera posición.
En el cuadro femenino, Ana López se proclamó campeona después de un emocionantísimo mano a mano con la portuguesa Teresa Cardoso. La lusa, que había salido más rezagada del agua, recortó distancias sobre la bicicleta, pero se topó con una adversaria muy fuerte en los kilómetros finales que acabó por imponerse en el último de los sectores de carrera a pie, cruzando finalmente la meta tras 11 horas, 8 minutos y 29 segundos, casi cinco minutos menos que su principal competidora.
El Northwest Triman echó el telón hasta el próximo año y lo hizo de nuevo con inmejorables críticas de los participantes.

La resistencia física, el único límite

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