La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, inauguró ayer la nueva estación depuradora de augas residuales (EDAR) de Vigo, en Coruxo, “una de las grandes depuradoras de Europa”, en la que Gobierno central, Xunta y Ayuntamiento de Vigo han invertido más de 200 millones de euros. Durante el acto, en el que estuvieron el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde olívico, Abel Caballero, el primero le pidió que cuando la planta pase a manos municipales, el Ayuntamiento “garantice su funcionamiento”.
El toque de Feijóo a Caballero tuvo como base la estación potabilizadora de O Casal, envuelta en la polémica en los últimos meses por los informes que ponían en duda la calidad de la red de abastecimiento de la ciudad viguesa.
Durante la visita a la nueva EDAR de Vigo, varios técnicos explicaron el funcionamiento de la nueva depuradora, que empezó a construirse en 2012 y que ocupa unos 60.000 metros cuadrados (parte de ellos bajo tierra). Durante su intervención en el acto, la ministra recordó que el gobierno del PP se encontró, a su llegada, con varios expedientes abiertos por parte de las autoridades europeas relacionados con cuestiones medioambientales, por lo que se pusieron en marcha medidas en varios niveles. La construcción de la nueva EDAR de Vigo es una de las acciones que permite, ha señalado, “dar respuesta al problema acuciante de la calidad de las aguas” en la ría.
Según la responsable de Medio Ambiente, esta planta es “la obra más importante en materia de depuración” y, además de contar con el proyecto de biofiltración “puntero” más grande de España, es sostenible porque produce biogas que se aprovecha en la generación de energía, reduce al mínimo el vertido de material orgánico, y su construcción ha liberado 25.000 metros cuadrados de terreno que se dedicarán a la recuperación de la marisma del Lagares. García Tejerina confirmó que, una vez superada la fase de pruebas, en mayo la depuradora pasará a manos del Ayuntamiento olívico, que tendrá la responsabilidad de realizar “un buen mantenimiento, cuidado y mimo”.
Por su parte, el presidente de la Xunta puso la nueva depuradora como ejemplo de “cooperación entre administraciones” y de la “política de hechos” y no “de golpes de efecto” y “anuncios” que no se concretan.