Nórdica publica por primera vez en un mismo volumen dos libros de Arenal

Nórdica publica por primera vez en un mismo volumen dos libros de Arenal
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Los actos conmemorativos del bicentenario del nacimiento de Concepción Arenal superan ampliamente el ámbito local habida cuenta de la repercusión que en su momento tuvieron algunos de sus planteamientos, no solo en materia de política penitenciaria –también caritativa–, sino sobre todo en lo que concierne al papel de la mujer en la sociedad de su tiempo, que, como se sabe, estaba restringido al ámbito del hogar.

Que Concepción Arenal estuvo en la vanguardia del pensamiento feminista de su tiempo es innegable, pero también es cierto que ese pensamiento evolucionó, como se puede apreciar en el libro que acaba de publicar la editorial madrileña Nórdica, “La mujer del porvenir”, ilustrado por la riojana Antonia Santolaya.

Esta edición de Nórdica cuenta con una particularidad. De hecho, el título del volumen es solo el de uno de los dos ensayos que contiene, en concreto del segundo, escrito y publicado catorce años antes (1869) que el segundo, “La mujer de su casa” (1883), en el que Arenal regresa al análisis de la situación de la mujer, aunque con una perspectiva más madura y reflexiva. 

Ideas avanzadas 
No es que aquellos primeros textos escritos careciesen de una argumentación sólida, pero entre ambos sí se observa cierta evolución que redunda en un mayor poder persuasivo. En 1869, Concepción Arenal se encargó de las crónicas con las que el periódico La Reforma quiso dar cobertura a un hecho insólito: la celebración en la Universidad Central de Madrid de unas conferencias sobre la mujer a iniciativa de su nuevo rector, el krausista y fundador de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, Fernando de Castro. Todas las conferencias, hay que decirlo, fueron impartidas por hombres.

Al mismo tiempo que elaboraba esas crónicas, Arenal fue construyendo los argumentos que de-sembocarían en “La mujer del porvenir” y que tiene como ejemplo más llamativo –y escandaloso en la sociedad de su tiempo– el del sacerdocio femenino.

Con todo, como señala Anna Caballé en un prólogo que es oro puro, conviene no quedarse en lo accesorio o en la anécdota. El pensamiento de Concepción Arenal está muy próximo a lo revolucionario; aboga por desmontar todo el sistema discriminatorio anterior para construir algo nuevo y en el que cuaje una idea fundamental: los cambios por la igualdad no benefician solo a la mujer, sino a toda la sociedad.

Nórdica publica por primera vez en un mismo volumen dos libros de Arenal

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