Rosalía Iglesias, mujer del extesorero del PP Luis Bárcenas, afirmó ayer ante el tribunal que la juzga junto a otras 36 personas por la primera época de actividades de la trama “Gurtel” (1999-2005), que ella iba al banco a firmar documentos cuando su marido se lo pedía porque entendía que se trataba de algún trámite relacionado con su cartera de valores que requería su rúbrica. En este sentido, recalcó que siempre ha tenido una “total y absoluta” confianza en él. Además, afirmó que no sabía de las cuentas en Suíza y que se enteró de su existencia durante el proceso de investigación.
Iglesias, que solo contestó a su abogada, Marta Gimenez, apuntó que ella no gestionaba el patrimonio familiar, sino que “llevaba la casa”. Así, explicó que el extesorero del PP era el que realizaba las operaciones pertinentes sobre su cartera de valores y apuntó también que ella no es “tonta”.
Sobre las cuentas en Suiza, Rosalía Iglesias aseguró que se enteró “a lo largo del procedimiento” de la existencia de dichos depósitos. “Si no sabía las que había aquí en España, muy difícil que supiera las de Suiza”, destacó.
Aún así, insistió –al igual que hizo su marido durante su declaración– en que las pocas veces que acompañó al extesorero popular a un banco helvético, siempre se quedó esperándole en una “sala de espera”.
Iglesias explicó que conoció a su marido en el año 1983 cuando ambos trabajaban para Alianza Popular (AP) –Iglesias como secretaria y llegó a trabajar para el expolítico Jorge Verstrynge, y Bárcenas como gerente de la formación política– y apuntó que sí conocía que por entonces tenía negocios fuera del partido y de España porque no era “incompatible” con el cargo que desempeñaba. Aún así, negó saber los detalles de los negocios porque la pareja no habla de “temas de trabajo. “No sé si es difícil de entender”, continuó, pero “afortunadamente”, según constató, el matrimonio no tiene la necesidad de hablar de estos temas porque tienen una “vida llena”.