Las obras del saneamiento de A Malata que está ejecutando la Xunta finalizarán entre finales de verano y principios de otoño si no hay contratiempos. Cuando eso suceda, se habrán eliminado todos los vertidos de aguas residuales a la ría, que en cuestión unos meses podría despedirse de las zonas C –a la espera de ver lo que sucede con el GAL 03/08-1, el polígono comprendido entre las líneas imaginarias que unen los dos extremos del puente de As Pías con los muelles de la playa de Caranza y de Navantia Fene–, una clasificación de los bancos marisqueros en función de la calidad las aguas que impide la venta de bivalvos si no disminuye su contaminación microbiológica.
Para un cambio de categoría se requieren seis analíticas consecutivas con parámetros de zona B. Lo habitual es que entre una y otra prueba transcurra un mes, aunque en determinadas circunstancias ese plazo puede reducirse a la mitad.
Con todo, esos cambios no supondrán la retirada de las dos bateas de reinstalación de marisco ubicadas en la ría a finales de 2011 para depurar esos bivalvos procedentes de las zonas C.
La Consellería do Mar adelanta que, aunque desaparezca, en un futuro próximo, toda esa contaminación, su intención es mantener la actividad de las dos bateas que en estos momentos existen en la zona de San Carlos “mentres haxa demanda para a súa utilización”, ya que, añade, “dan servizo a distintas confrarías da zona norte da Comunidade Autónoma que contan no seu ámbito de actuación con bancos clasificados como C, co que os seus produtos teñen que pasar por un proceso de depuración natural para poder ser comercializados en fresco”. En concreto, y aunque en ellas se ha reinstalado a lo largo de estos años marisco procedente de otros pósitos, el departamento de Rosa Quintana recuerda que las dos plataformas reciben bivalvos, aparte de la ría de Ferrol, de las de Ares-Betanzos y Corcubión.
Las bateas de depuración de la ría han recibido desde que comenzaron a funcionar hace más ocho años unos 615.800 kilos de distintas especies de moluscos, entre los que destaca, precisa Mar, la almeja babosa, con 500 toneladas.