Los integrantes de la asociación laboral Ganemos CCOO de Navantia-Ferrol aseguran que la postura mantenida por los trabajadores en las movilizaciones de las pasadas semanas –provocadas por la ruptura del ejecutivo de Sánchez de los negocios armamentísticos con Arabia Saudí, que hacían peligrar el encargo a la compañía de construcción naval por parte de esta nación de cinco corbetas– no fue la más acertada. “Ante la posibilidad de la anulación del contrato la movilización era lógica, pero su contenido debió ser completamente diferente”, afirman.
“Si los trabajadores de Navantia no tuviéramos nada que ver con esta empresa, estaríamos a favor de no vender armas a Arabia Saudí”, apuntan. En esta misma línea consideran que el error mayor fue que la reivindicación pasase por, en la práctica, pedir la venta de las bombas “porque ni como seres humanos ni como trabajadores podemos ser indiferentes ante la barbarie”, añaden.
Asimismo, opinan que estos argumentos sindicales terminarán siendo contraproducentes para los intereses de los trabajadores de Navantia, ya que generaran antipatía entre la sociedad y, en cualquier conflicto laboral, el apoyo ciudadano es indispensable. “La imagen pública que dimos es muy negativa: unos insensibles a los que sólo preocupan sus intereses particulares sin importarles las consecuencias que esto pueda tener para los demás, aunque sean consecuencias tan atroces como la guerra”, explican.
Aseguran que el futuro de Navantia no depende de un único contrato sino que a largo plazo “es necesaria la diversificación, empezando por la recuperación de la construcción civil”. Piensan que “se le debió de exigir al Gobierno la aprobación inmediata de la segunda serie de los BAM, que equivale a las corbetas: 5 años de trabajo y 6.000 empleos”. l