Cerca de un centenar de personas se reunieron ayer en el Ateneo Ferrolán con un objetivo común, rechazar la peatonalización tal y como la plantea el gobierno local, de forma conjunta y después de Semana Santa, sin lo que consideran alternativas claras.
La convocatoria de hasta una decena de entidades de comerciantes, hosteleros, vecinos del centro de la ciudad, Anpas de centros educativos, amas de casa y taxis tuvo amplia acogida, aunque los representantes del gobierno no fueron invitados a participar. Sí lo hicieron, sin embargo, concejales del Partido Popular, Ciudadanos y PSOE, aunque se limitaron a escuchar o, en el caso de Beatriz Sestayo, a intervenir con alguna aclaración, por alusiones.
La exposición de los organizadores dejó claro que no aceptan una peatonalización como la prevista, por considerarla “un cierre calles, sin alternativas de aparcamiento, sin pavimentación ni cambios en las calles y sin posibilidades de acceso a los locales o a las viviendas.
“Encerrar el barrio, sin acceso de ningún tipo” fue la idea que la mayoría de los asistentes entiende que se va a hacer desde el gobierno local, por lo que piden que no se lleve a cabo este proceso, al menos hasta que se hayan conseguido mejoras previas, algo que, insistieron en la asamblea, no se puede ejecutar en solo unos meses.
Aunque se manifestaron posturas más radicales, en contra de la peatonalización en cualquier caso, y menos, a favor de un sistema progresivo, el sentir general fue de rechazo, algo en lo que las entidades y vecinos de A Magdalena contaron con el apoyo de entidades vecinales de Caranza o Ferrol Vello, cuyos representantes acudieron al considerar que “esta situación nos afecta a todos los ciudadanos”.
Para las entidades, la medida acabará con el barrio, propiciará el empeoramiento de la calidad de vida y de los establecimientos comerciantes y de hostelería, y hablaron incluso de la “hecatombe” que se producirá después de Semana Santa de hacerse una realidad esta medida.
Como ejemplo de los malos resultados pusieron la peatonalización de los tramos de María y Magdalena “que están muertos” y la bajada de ventas de la calle Real “desde que no está abierta de nueve a once de la mañana”.
Pese al malestar general que se percibió en la asamblea, los asistentes no plantearon medidas drásticas de protesta y todo lo más que se acordó fue remitir una petición de reunión con el alcalde y la responsable de Urbanismo. La asistencia masiva a un pleno o la petición de apoyo en change.org fueron otras propuestas que barajaron los asistentes al acto.