El edificio de Aduanas, un inmueble histórico y uno de los grandes valores de la fachada marítima ferrolana, ya es de la Autoridad Portuaria. Ayer se hizo oficial la compra, por 203.836 euros, al Ministerio del Interior, con la firma ante notario del presidente, José Manuel Vilariño, después de que el pasado mayo trascendiese que Hacienda no ponía impedimento alguno a la operación.
El destino de este edificio abandonado, que pudo haber sido cuartel de la Guardia Civil, centro de interpretación de la dictadura o albergue de peregrinos, según las pretensiones nunca concretadas de distintos gobiernos municipales, será ahora el de servir como espacio para usos institucionales. Será la cara de la Autoridad Portuaria para actividades de representación o culturales, con apertura a la ciudadanía. Sala de usos múltiples, archivo histórico, salón de actos o sala de exposiciones son algunas de las posibilidades que ofrece este rincón de Ferrol Vello.
Esto permitirá “liberar” el edificio de la Ranita, donde ahora se realizan las exposiciones, que quedará destinado a funciones más vinculadas a la actividad económica del puerto. La idea que se apunta desde la Autoridad Portuaria es que se realice allí el control de fronteras adicional que se debe implantar como consecuencia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. La nueva normativa entrará en vigor en 2021.
Fachada a punto
El edificio de Aduanas consta de planta baja y tres alturas, con una superficie construida de 701 metros cuadrados. Es una edificación catalogada y está protegida por el Plan Especial de Protección y Rehabilitación del barrio de Ferrol Vello.
No es el único inmueble de la fachada marítima en el que va a intervenir el Puerto. En la actualidad está en trámites para la desafectación de la Casa del Mar, con el fin de que pueda tener usos turísticos. Al mismo tiempo, se trabaja en la rehabilitación del antiguo edificio de Comandancia Naval. Esta última obra tiene un presupuesto de un millón y medio de euros y está en fase de contratación.
Los trabajos, que tienen una duración prevista de 21 meses, implican el vaciado del interior del edificio para ejecutar una nueva estructura y mejorar la accesibilidad. Se eliminarán volúmenes añadidos al original, se sustituirá la cubierta, se cambiarán carpinterías, se embellecerá la fachada y se harán trabajos en el sótano que eliminen humedades.
El resultado final será que la actual sede de la Autoridad Portuaria se ampliará con este edificio contiguo, con el que se conectará a través de la planta baja y de los semisótanos. Así se solucionarán los problemas de espacio que han frenado la expansión de la institución en los últimos años. l