Glorieta Orde Terceira

Glorieta Orde Terceira

En una localidad pequeña –pueblo o aldea– las vías públicas suelen ser únicamente calles y plazas; en cambio en las grandes poblaciones         –ciudades y capitales– las vías públicas no solo son más en cantidad sino también en variedad, y así encontramos en ellas, además de las ya citadas calles y plazas, avenidas, paseos, alamedas, glorietas, etc. Detengámonos hoy en una glorieta de nuestra ciudad, la Glorienta Orde Terceira(para mis lectores en Aragón, aclararé –aunque sé que no es necesario- que en castellano sería Glorieta de la Orden Tercera). 
Comencemos por precisar qué es una glorieta: es un espacio público, generalmente parecido a una plaza, donde desembocan por lo común varias calles o alamedas. En efecto, en la glorieta de la que hoy nos ocupamos, confluyen –en su inicio o final– las calles Real, San Francisco, Espartero, Pintor Imeldo Corral, la avenida Emilio Antón y la plaza Contralmirante Azarola.
Antes de comentar el significado del nombre –Orde Terceira–razón de ser de esta colección de artículos agrupados bajo el genérico título de “Callejero Ferrolano”, merece recordarse, en esta ocasión, que ese espacio  público, ese terreno del que hoy hablamos, encierra una gran carga histórica de la vida de los ferrolanos de otros tiempos, cuando en la segunda mitad del siglo XVIII –es decir, hace entre doscientos y doscientos cincuenta años– se estaba acometiendo la construcción de la nueva población, es lógico que a veces los nuevos pobladores y los habitantes de la entonces aldea de Canido, y los que residían en el muelle –actual Ferrol Vello– tenían asuntos comunes que tratar, y era en ese sitio –el campo de San Roque– donde se citaban y reunían, aunque hay que señalar que era más extenso que la actual glorieta y estaba densamente poblado de árboles. Más tarde, una vez finalizada la construcción de la iglesia de San Julián, las reuniones vecinales se celebraban allí, en el pórtico, sobre todo en invierno o días de lluvia. El campo de San Roque, así llamado por la ermita dedicada a ese santo que allí había, tiene también otros motivos y atractivos de interés para ferrolanos y visitantes, por ejemplo, observar con atención la fuente de San Roque, que aunque hoy ya no desempeñe la función para la que fue creada y tampoco sea el sitio que ahora ocupa el que originalmente tuvo, dicen los que de esto saben, que esta es la escultura pública más importante de Ferrol; su descripción aquí llevaría mucho espacio y nunca sería tan completa como la que ofrece el excelente libro titulado “La escultura pública en Ferrol”.
Pero centrémonos en el nombre de la glorieta: Orde Terceira (Orden Tercera). La palabra “orden” es polisémica; aquí tal vez podríamos traducirla como Grupo, o como Grado, o también Sección, luego veremos por qué.
Ya de entrada, todo ferrolano relaciona inmediatamente la glorieta con el templo allí situado que le da nombre: iglesia de la Orden Tercera, bien conocido, entre otras razones por el importante papel que desarrolla en la Semana Santa ferrolana. Vamos a tratar, como se ve, de temas religiosos, en los que es fácil cometer un desatino para quienes no somos especialistas; por ejemplo, en ocasiones leemos u oímos emplear la palabra “frailes” cuando en realidad se están refiriendo a un “monje”, o viceversa, que si bien tienen uno y otro muchas cosas importantes en común, también hay notables diferencias entre uno y otro.
Al hablar de la Orden Tercera regular, el marco de fondo, la idea matriz es San Francisco de Asís, lo cual hace que nos remontemos al siglo XIII, ya que si bien San Francisco nació en el año 1182, se da como fecha de referencia de la fundación de la Orden, el año 1221, en tiempos del Papa Nicolás IV. Naturalmente, desde entonces las reglas de la orden se han modificado en ocasiones; creo que la última ha sido con el Papa Juan Pablo II. Y ¿cuál es el espíritu de la orden? Pues muy sencillo y a la vez muy elevado: hoy, como en el momento de su fundación, que las personas que intentan conseguir la perfección evangélica, independientemente de su sexo, profesión o estado civil, puedan lograrlo siguiendo las reglas de la orden y tomando como modelo al santo. Recibe el nombre de Orden Tercera, porque la Orden Primera es la de los observantes franciscanos, es decir, religiosos, y la Orden Segunda es la de las monjas.
La huella de San Francisco permanece viva en la ciudad: una importante e histórica vía urbana lleva su nombre, que recibe de la actual iglesia así llamada, edificada en el mismo lugar donde existió antaño un convento franciscano. Contiguo a esta iglesia (en su cara norte), la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que ya existía por aquel entonces, construyó su propio templo que fue bendecido el año 1766. Todo eso, nada menos, evoca el nombre de esta glorieta.

Glorieta Orde Terceira

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