Pontedeume controla la turbidez del agua, pero esperará a una nueva analítica

Pontedeume controla la turbidez del agua, pero esperará a una nueva analítica
Fragas do Eume Ethel Vázquez vista las barreras anticontaminación del río

Las medidas adoptadas desde el sábado por el Concello de Pontedeume, la empresa concesionaria del servicio de abastecimiento –Viaqua– y Augas de Galicia han dado resultado y los niveles de turbidez del agua que se capta en el río Eume para consumo de los vecinos ya se encuentran dentro de los parámetros que fija el Real Decreto 140/2003.

Así lo anunció ayer el regidor, Bernardo Fernández, que celebró que las actuaciones emprendidas –tratamientos físico-químicos e instalación de barreras anticontaminación para reducir la presencia de materia en suspensión que entra en la planta potabilizadora de Cabría– hayan servido para reconducir la situación. Con todo, explicó que pese a que “agora mesmo –en la tarde de ayer– xa se podería consumir auga da traída, imos agardar por prudencia e para que á veciñanza non lle caiba a máis mínima dúbida sobre a calidade da auga que chega ás súas casas”.

Por ello, el alcalde ha optado, tras consultarlo con los técnicos, por aplazar el levantamiento de las restricciones hasta que no lleguen los resultados de unas muestras que se están analizando en los laboratorios de Viaqua en A Coruña y Madrid. “Queremos coñecer, un a un, o estado dos 97 parámetros que recolle o real decreto sobre calidade da auga para consumo humano”, apuntó Fernández. Esta información estará disponible entre hoy y mañana y, con ella, se decidirá si suspender la prohibición decretada en la mañana del sábado.

Mejoras en la ETAP

En cualquier caso, el regidor eumés avanzó que será necesario acometer unas obras de adaptación de la planta potabilizadora de Cabría para que pueda hacer frente a episodios de alta turbidez como el que se está produciendo estas semanas en el Eume. Para ello, Bernardo Fernández cuenta con la disposición de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, aunque los términos de la colaboración se concretarán en las próximas semanas.

Precisamente este es uno de los argumentos que esgrimen fuentes de Endesa para explicar lo sucedido estos últimos días. Insisten en que este episodio de turbidez no ha tenido consecuencias negativas para la calidad ambiental del río, como probaría el hecho de que no se ha registrado mortandad de peces. Reconocen, no obstante, que sí ha tenido un impacto en el abastecimiento, un efecto que achaca a la incapacidad de la ETAP para reducir esos niveles al estar diseñada para unos tratamientos “mínimos” de agua limpia.

El aspecto actual del agua del Eume tendría su origen en la puesta en funcionamiento de las válvulas del desagüe de fondo del embalse de A Capela, que ha permitido que desde noviembre del año pasado se esté dando el caudal ecológico, mínimo –1.567 litros por segundo– en esta época del año. Es por eso, explica la compañía, que ahora es más perceptible que nunca la turbidez, ya que hasta que no se liberó el caudal ecológico todo el sedimento era retenido por el embalse al estar la toma de agua que utiliza la central en las capas altas.

Fuentes de la eléctrica advierten, además, que es “previsible” que la turbidez tarde algún tiempo en desaparecer, al menos hasta que lleguen las lluvias, pero insisten en que los sedimentos depositados en el embalse son arcillas de la cuenca en más de un 90% y descartan la presencia de sustancias tóxicas y de metales en altas concentraciones. l

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