El Colegio Oficial de Trabajo Social de Galicia (COTSG), que renovó su directiva a principios de año, cuenta en la actualidad con más de 3.000 colegiados –1.126 en A Coruña, 382 en Lugo, 445 en Ourense y 766 en Pontevedra–, entre los que se encuentra la ferrolana María del Pilar Lema Rey. Tal y como indica esta oriunda de Canido, su profesión “procura el empoderamiento de las personas, grupos y comunidades, movilizando sus capacidades y recursos para conseguir autodeterminación, convirtiendo a las personas en agentes de su propio cambio para conseguir justicia social y bienestar”.
Este fue uno de los motivos que le empujaron a estudiar la carrera en Santiago y ser hoy en día vocal del colegio que lidera la ourensana Miriam Rodríguez. “Queremos luchar para visibilizar ante los ciudadanos y los poderes públicos que, ante la adversidad de situaciones que nos encontramos día a día en los procesos de incorporación social, es necesario ampliar y flexibilizar los criterios de intervención para poder elaborar itinerarios personalizados de incorporación social efectivo”.
Y todo esto enmarcado dentro del contexto actual de crisis, las altas tasas de desempleo y el cada vez mayor número de personas en situación de riesgo o exclusión social; “queremos ser una herramienta que facilite el inicio de las transformaciones necesarias para la defensa del trabajo social en todos sus niveles”, indican. Al mismo tiempo, desde el COTSG ponen como ejemplo que la falta de ingresos y de recursos hace que se le dé prioridad a las necesidades básicas, “y entre pagar el alquiler de la vivienda o afrontar los gatos de servicios de primera necesidad, se eligen estos últimos”.
Comienzos locales
Para Lema, el hecho de interesarse por el trabajo social comenzó ya al haber nacido en Canido, “un barrio reivindicativo y con una fuerte conciencia hacia los problemas sociales, un barrio de trabajadores, uno de los que más sufrió la crisis. Siempre he tenido un gran vínculo emocional con Canido, las personas del barrio estamos muy arraigadas y nos sentimos orgullosas de ese sentimiento de pertenencia”, asegura.
Uno de sus primeros trabajos fue con la población gitana en el año 2000, realizando un trabajo de campo en todos los núcleos de chabolas e infraviviendas de Ferrol y comarca para conocer a las familias, elaborar los censos y realizar una intervención social con las problemáticas detectadas. Freixeiro, Pazos y barrio del Pilar fueron los lugares en los que llevó a cabo su investigación la ferrolana, que derivó en la elaboración de un estudio que financió el desaparecido Servizo Galego de Igualdade para recoger y analizar los factores que dan lugar a la exclusión, especialmente de las mujeres gitanas.
“Tras esta experiencia, mi interés por el trabajo de campo y el colectivo gitano me llevó a seguir trabajando en el ámbito de la inclusión social, así que emigré a Coruña y durante 12 años fui trabajadora social en el programa municipal de erradicación de chabolismo del Concello. Este fue un duro trabajo de intervención integral con las familias orientado a mejorar sus condiciones para acceder a viviendas normalizadas”, explica Lema, que actualmente trabaja en un programa piloto de integración social en la fundación Emalcsa que tiene por objetivo paliar situaciones de vulnerabilidad social derivadas desde los servicios sociales comunitarios, previniendo especialmente los desahucios.
El desempleo
María del Pilar Lema tacha de “precarias” las políticas sociales de la Xunta, que “han llevado a los Concellos del cambio a desenvolver políticas de rentas sociales municipales que cubren situaciones que la Xunta no llega a cubrir, pero el gobierno gallego no puede dar la espalda a estas personas”.
En el caso de Ferrol, con la crisis del sector naval como telón de fondo, “debe reforzar y permitir mejoras en el área del bienestar social y la calidad de vida de sus ciudadanos”. Haciendo especial hincapié en la alta tasa de desempleo y la gran población existente en edad de trabajar, Lema indica que “la desintegración laboral produce cambios importantes en los estilos de vida, dando lugar a problemas relacionales, aislamiento social, fracaso escolar, importantes problemáticas de salud mental, adicciones...”, una situación que no afecta solo a población desempleada sino que se extiende a trabajadores temporales o a tiempo parcial que hasta hace poco disfrutaban de contratos con mayor estabilidad.
“Por eso debemos contribuir a que Ferrol pueda ser uno de esos territorios que mantenga una red de servicios y apoyos no solo para aquellos ciudadanos que presenten necesidades sociales, sino que sea un referente en cuanto a cooperación y búsqueda de alternativas viables que impliquen a toda la ciudadanía. Ayuntamientos que han sufrido reiteradas crisis como Ferrol requieren si cabe aún más esfuerzos para consolidar un sistema que permita atender a las necesidades más acuciantes de su entorno”, manifiesta Lema.