“Recogí un legado muy complicado, creo que el peor de la historia de la cofradía de Ferrol”

“Recogí un legado muy complicado, creo que el peor de la historia de la cofradía de Ferrol”
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Probablemente no haya habido en los últimos treinta años en la Cofradía de Pescadores de Ferrol un periodo tan complicado como el que le ha tocado vivir a Rubén Ferrer (desde diciembre de 2011) como patrón mayor. La puesta en marcha de la reinstalación en las bateas, la liquidación del Plan de Dinamización, la agudización de la crisis en la ciudad y la elevada deuda que arrastra la entidad han convertido la etapa de Ferrer al frente del pósito en un auténtico “embolado”. Tanto, que está meditando mucho presentar su candidatura en la junta general que saldrá de las elecciones del día 28.

¿Lo ha pensado ya? 
Como son elecciones abiertas, no sé todavía lo que pasará. Fueron tres años muy complicados, creo que la peor etapa de la cofradía; de hecho, la situación empeora cada vez más por culpa de las bateas, que fueron nuestra perdición. Desde un principio ya advertí de no agarrarnos a ellas, pero nos las impusieron y ya hemos perdido el aliento, las ganas y el pequeño colchón de dinero que se fue haciendo en la etapa del anterior patrón con los ajustes que se acometieron para poder hacer frente a la deuda.

¿En cuánto está ahora mismo? 
Quedan unos 230.000 euros de los cerca de 600.000 con los que se encontró “Sely”, pero se nos está haciendo muy largo. Los empleados aún no han cobrado abril y la situación es insoportable. Queremos poner en marcha un plan de viabilidad pero al tener elecciones de por medio no podemos hacer mucho más. El objetivo es salvar este año. Aún no nos han entregado el estudio económico-financiero, pero las pérdidas acumuladas en 2014 están en 50.000 euros y en 2015 tenemos que ahorrar –para hacer frente a la deuda y gastos de mantenimiento– otros 100.000. 
Dos años y medio después, ¿qué balance hace de la reinstalación en las bateas? 
Cuando la Consellería nos impuso las bateas nos aseguró que tendría un coste 0 para la cofradía, pero no ha sido así porque solo asumen las mermas cuando sobrepasan el 10%. Solo la reclasificación de una parte de As Pías como zona B alivia un poco la situación, puesto que así podemos ir vendiendo a diario y cobrando cada semana. Con las bateas, una semana cobras, otra no... Al principio, los compradores rechazaban la almeja porque estaba mucho tiempo reinstalada y al meterla en la depuradora se moría. La cosa mejoró un poco cuando se permitió sacarla como B, lo que redujo los parones. El problema es que se trabaja tres días a la semana; si pudiéramos los cinco, ya sería otra cosa. Pero, claro, al entrar otras cofradías aparte de las nuestras, las bateas no tienen capacidad suficiente.

¿Es cierto que hay zonas de libre marisqueo en mínimos? 
Sí, pero son las únicas en las que podemos trabajar. No podemos hacer traslados de zonas C a zonas B porque tendríamos que esperar dos meses para recogerlo y ponerlo en el mercado. Ahora estamos trabajando casi sobre la marcha; o tenemos todo abierto o tenemos todo cerrado, no existe una planificación porque si cierras las zonas B para resembrar y la batea se paraliza por temporal o por toxina, no las puedes reabrir. Estamos muy limitados. 

¿No hay posibilidad de recuperar los trabajos de regeneración de manera regular? 
Estuvimos tres años tratando de saber cuál era el coste real de las bateas y ahora por fin lo sabemos: 1,3 millones. Con ese dinero, algún mes, en vez de utilizar las bateas, con pérdidas para Mar y pérdidas para nosotros, repartiéndolo de algún modo, podríamos regenerar alguna zona. Gracias a los trabajos del Plan de Dinamización pudimos recuperar una parte de As Pías. No hay dinero, pero yo no se lo he pedido, solo que nos devuelvan nuestro puesto de trabajo. En esta ría, la Consellería no tiene que invertir en traer almejilla y cuanto más la trabajas, más productiva es. De hecho, desde que se declararon las zonas C perdimos mucha superficie de trabajo. Si faenáramos los cinco días a la semana sería otra cosa. 

¿Cuándo podrán cobrar los trabajadores? 
No lo sé. Estamos “presionando” a los compradores para que nos paguen cuanto antes. Lo que no podemos es hacer como hace cinco o seis años. Si no pagamos las deudas a la Seguridad Social, Hacienda, etc., intervendrán la cofradía y eso provocaría que todos los socios estaríamos sin cobrar porque nos embargarían los ingresos. Lo prioritario es pagar las deudas e ir parcheando. Ahora estamos valorando aplicar un ERTE o incluso algún despido.

En estos años sí se ha avanzado en las obras de saneamiento. ¿Qué esperan?
Al parecer en agosto van a empezar a conectarse las primeras viviendas. Para nosotros es una alegría y nosotros no podemos esperar tres o cuatro meses, sino que cuanto antes funcione, antes será zona B, podremos subastar a diario y tener un respiro. 

¿En una situación de zona B, cuántos puestos de trabajo podría generar el marisqueo en la ría? 
En la cofradía de Ferrol llegó a haber unas 800 personas. Ahora no llegamos a 300. En esa situación de zona B iríamos recuperando puestos de trabajo. Por ejemplo, solo tenemos un mariscador a pie; este año intentamos crear un grupo, pero, claro, las zonas que tenemos son C, la única que no lo es es el castillo y, unos meses al año, también la playa de Caranza, pero no es suficiente para meter, como había antes, 50 o 100 mariscadores. n

“Recogí un legado muy complicado, creo que el peor de la historia de la cofradía de Ferrol”

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