Una regulación más estricta de la publicidad de bebidas azucaradas ayudaría a prevenir la obesidad infantil, según un estudio de las Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) que analizó la correlación entre los valores nutricionales y las estrategias de publicidad de estas bebidas en España. Las investigadoras Mireia Montaña (UOC) y Mónika Jiménez (UPF), que publicaron su estudio en la revista “International Journal of Environmental Research and Public Health”, resaltan que España ocupa el quinto lugar en obesidad infantil entre los países europeos y que el 81% de los niños españoles consumen semanalmente bebidas endulzadas con azúcar y refrescos.
El trabajo, que parte de la hipótesis de que la publicidad es uno de los factores que contribuye al entorno obesogénico, correlacionó longitudinalmente los valores nutricionales de las bebidas endulzadas con azúcar y refrescos y las estrategias discursivas publicitarias utilizadas por los principales anunciantes de estas bebidas entre 2013 y 2018, en todos los soportes publicitarios españoles.
“El objetivo de este estudio es encontrar asociaciones entre anuncios de bebidas endulzadas con azúcar y refrescos en televisión, folletos, radio o internet, el lenguaje empleado y el bajo valor nutritivo de productos. A tal fin, hemos seleccionado las campañas de las diez mejores empresas de estas categorías entre el 2013 y 2018”, explicaron. Además del análisis de gasto publicitario, las investigadoras hicieron un análisis de contenido y un estudio de las estrategias discursivas utilizadas en los anuncios, y utilizaron el sistema Nutri-score para determinar la calidad nutricional de las bebidas.
Nutri-score clasifica los produtos en colores del rojo al verde, dependiendo de sus valores nutricionales: el rojo para productos de bajo valor nutritivo, el naranja para alimentos y bebidas de valor nutritivo medio y el verde para productos de alto valor nutritivo.
Los resultados se analizaron teniendo en cuenta la estrategia PAOS, que es la normativa para la prevención de obesidad infantil que regula la publicidad dirigida a niños menores de 12 años.
El estudio concluye que es necesaria una regulación más estricta de la publicidad, especialmente en aspectos como el lenguaje que se utiliza. l