Solo dos triunfos separan al Racing del título del grupo I. La victoria de ayer sobre el Celta B lo acerca al objetivo por el que ha estado luchando durante la competición liguera, por mantenerse en un liderato que luce desde la séptima jornada y que, de certificarse, le dará más opciones de conseguir el ascenso a Segunda. A falta de los encuentros que se jugarán hoy, el equipo ferrolano mantendrá, al menos, los cuatro puntos de ventaja que tiene sobre segundo y tercer clasificados, con solo nueve por disputarse, lo que le permitirá ver el tramo final con más tranquilidad.
Pero, como ya se esperaba –y como es la tónica habitual en la parte final de cualquier campeonato liguero–, no fue una victoria fácil. Aunque al principio pareció que el Racing entraba mejor en el encuentro, como confirmó con un lanzamiento lejano de Héber Pena que se fue ligeramente desviado y con un disparo de Joselu desde fuera del área que se fue a las manos del meta local, el filial céltico no tardó demasiado en demostrar la capacidad del ramillete de jugadores que tiene para seguir trabajando su cantera.
El enfrentamiento derivó así en un duelo de gran intensidad, con ocasiones de marcar para ambos –un cabezazo de Borja Domínguez que se fue alto, un golpe franco que Pablo Rey no fue capaz de meter entre los tres palos y un remate del capitán tras otra jugada a balón parado, que fue desviado por un defensa, fueron las mejores del cuadro verde, mientras que Borja Iglesias concentró las del Celta B–. De todas maneras, lo semejante del estilo de ambos hizo que el encuentro llegase empatado al descanso.
incertidumbre
Parecía, en algunos momentos, que el empate era un resultado que le interesaba a los dos equipos. Pero fue el Celta B, más interesado en ganar para dejar casi sentenciada su continuidad en Segunda B, el que más se acercó a la victoria en la segunda parte. Gracias, igual que en la primera, a la calidad de Borja Iglesias, el filial céltico se aproximó a la portería defendida por Mackay y estuvo a punto de adelantarse en el marcador ante un rival que, con sus cambios, apostó por la fortaleza física en detrimento de un virtuosismo que no había aparecido hasta ese momento.
La solvencia defensiva del Racing parecía mandar el partido al empate sin goles... pero apareció la jugada que decidió el resultado. Un penalti, por mano de un defensa del Celta B, puso en pies de Joselu la posibilidad de ganar. El delantero no falló y condujo al Racing a un triunfo que lo sitúa más próximo al título que lo va a aproximar al ascenso.