Una tarde casi sin esperanzas

Una tarde casi sin esperanzas
Pablo Rey entra en el vestuario tras un partido que no se quiso perder el actor Javier Gutiérrez y que dejó todo tipo de gestos | jorge meis

De entrada ya no había demasiadas esperanzas de que el Racing eludiese el descenso a Tercera en una jornada en la que no solo debía ganar, sino esperar que a que Toledo y Coruxo no lo hiciesen. Y las que había quedaron sepultadas en poco más de diez minutos, primero con el gol del Coruxo y después con el primer tanto del Rayo Majadahonda.

A partir de ahí, las cosas no mejoraron. A pesar de que en el Salto de Caballo, el estadio del Toledo, no había novedades y el partido registraba un empate que al Racing le serviría, la victoria del Coruxo impedía cualquier opción. Atentos a los que sucedía en otros campos, la afición racinguista vio cómo su equipo neutralizaba la ventaja de su rival en una segunda parte en la que demotro más orgullo que en casi toda la temporada. Pero eso ayer no fue suficienta para salvarse.

Una tarde casi sin esperanzas

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