El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una carta dirigida a la militancia socialista tres días después de la salida del rey emérito de España, defiende la Monarquía y el Pacto Constitucional al subrayar que “una conducta irregular compromete a su responsable, no a la institución”.
En este sentido, añade que la monarquía parlamentaria, dentro de ese Pacto Constitucional, es un elemento más “y no se puede trocear y seleccionar a capricho”.
“Somos leales a la Constitución; a toda, de principio a fin. Y la defenderemos a las duras y a las maduras”, deja claro en la misiva.
Asimismo, recuerda que “no se juzga a las instituciones, sino a las personas”, un principio que rige para los agentes sociales, los partidos, gobiernos autonómicos y el gobierno de la nación.
Además, afirma que España necesita “instituciones robustas”, dotadas “de la fuerza que procede de la ejemplaridad” y subraya que todo responsable público debe rendir cuentas de su conducta “y así sucederá sin excepciones” al referirse a Juan Carlos I, cuyo paradero sigue sin conocerse.
Por su parte, la ministra portavoz, María Jesús Montero, aseguró que “no ha habido consenso ni negociación” entre el Gobierno y Zarzuela en relación a la salida del emérito y explicó que Casa Real tomó “sus propias decisiones” y se las transmitió a Sánchez en los despachos privados.
En este sentido, sobre por qué no se compartió el contenido de esas conversaciones con el PP, Montero argumentó que don Juan Carlos ya no está al frente de la jefatura del Estado, y por tanto su vida privada o los asuntos que surjan relacionados con su persona “no forman parte de las cuestiones de país que el presidente de Gobierno despacha con el resto de líderes políticos”.
Con este argumento, salió al paso de las críticas de los populares que recordaron que una de las claves de la abdicación de Juan Carlos I fue la interlocución “fluida y constante” de Mariano Rajoy con Alfredo Pérez Rubalcaba”, a quien hizo partícipe del proceso “por lealtad institucional”.
Asimismo, el PP volvió a criticar el “silencio cómplice” de el presidente del Gobierno ante “los ataques” de Iglesias, “a la monarquía, los ataques a los pilares de las instituciones del Estado y también a la Constitución y a la monarquía parlamentaria”.
En la misma línea, sobre los reproches de Unidas Podemos por no haber sido parte de esta interlocución sobre la salida, Montero comentó que el presidente tampoco trasladó esa información al “interior del Gobierno” porque “los despachos privados con el jefe del Estado no se comparten”.
Además, subrayó que don Juan Carlos no está imputado y ha reprochado que algunos hablen de la “huida” del rey “como si fuera un prófugo de la justicia”. l