El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, mostró ayer su preocupación por la situación que atraviesa la planta de Alcoa en Cervo (Lugo), recordando que Galicia y los trabajadores “no están en funciones” y que la planta necesita medidas que reduzcan el precio de la energía “con independencia del Gobierno que esté en Madrid”.
Así lo dijo Feijóo tras participar en una visita a la planta de San Cibrao junto a la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto, y el director de Alcoa España, Álvaro Dorado, un encuentro en el que la representante del Gobierno central volvió a comprometer la aprobación del estatuto del consumidor electrointensivo tras la formación del nuevo Ejecutivo, aunque sin entrar en su contenido concreto.
El presidente gallego explicó que esta fábrica, la única de aluminio primario que existe en España, genera prácticamente 2.000 empleos directos en la Mariña lucense, además de los indirectos, y supone el sostén de la industria del aluminio a nivel nacional. Sin embargo, Feijóo recordó la situación difícil por la que pasa debido al precio de la energía, que ya le ha obligado a reducir un 11 por ciento su actividad.
Para el presidente gallego, la visita conjunta de representantes del Gobierno de la Xunta y del Estado es en sí mismo “una buena noticia”, aunque confía en que “no se quede en una mera visita” y permita “enviar un mensaje de estabilidad” a los trabajadores.
“Es necesario volver a los costes eléctricos que había antes de 2018, ese es el objetivo, si no lo conseguimos, seguirá habiendo tensiones”, dijo Feijóo, que lamentó la “situación comprometida” en la que en este momento está la compañía.
“Galicia no está en funciones y los trabajadores tampoco, sea cual sea el resultado electoral, la posición de la Xunta va a ser la misma”, advirtió el jefe del Ejecutivo gallego en relación a los comicios del 10 de noviembre.
“Necesitamos un precio de la energía competitivo con independencia del Gobierno que esté en Madrid”, subrayó. Recordó que el problema en esta planta radica no en que “hayan disminuido los pedidos”, si no en que “han aumentado los costes”, por lo que reclamó un “panorama energético que dé seguridad a las empresas electrointensivas e hiperelectrointensivas”, como es el caso de Alcoa. “Todo pasa por ver cómo bajamos el precio de la energía a una franja inferior a 40 euros o en el entorno de 40 euros”, zanjó.
Pero por ahora, y para dar “confianza” a los trabajadores, Feijóo exigió conocer el contenido del estatuto de consumidores electroinensivos. “Estamos preocupados, y tenemos que pasar de la preocupación a la ocupación. De ese estatuto, cuanto más conozcamos su contenido y alcance, más podremos mandar un mensaje de confianza”, dijo.
Por su parte, Maroto reiteró que el Ejecutivo aprobará el estatuto del consumidor electrointensivo “nada más se forme el Gobierno”, confiando en que este paso sea beneficioso para Alcoa en Galicia, una fábrica que “tiene futuro”.
Recordó que se comprometió con los trabajadores de la planta a conocer las instalaciones y los procesos productivos que se desarrollan en ella, así como las “necesidades” que tiene hoy en día “para ser más competitiva”.
Explicó que, “en seis meses”, el Ejecutivo aprobó “un marco estable de ayudas sobre la base de un estatuto del consumidor electrointensivo”, una cuestión que, “con el adelanto electoral” y la posterior “dificultad para configurar un gobierno”, “lamentablemente no se ha podido aprobar”.
Por otro lado, trasladó a los trabajadores que el Consejo de Ministros aprobará la próxima semana la ampliación de crédito para abonar la compensación por CO2 al máximo permitido por la Unión Europea, para las empresas que lo solicitaron.