Junqueras se presenta como un “preso político” y niega la violencia

Junqueras se presenta como un “preso político” y niega la violencia

El exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras se presentó en el juicio del procés como un “preso político” perseguido por sus ideas, negó que él o sus compañeros de banquillo cometiesen delito alguno, porque entiende que “votar no es un delito”, y aseguró que la violencia “nunca” fue una opción.


Fue él, el segundo máximo responsable del anterior Gobierno de la Generalitat, el primero en declarar en el juicio ante el Tribunal Supremo y lo hizo solo a su abogado en una intervención más bien política y en castellano.


Desde el primer momento, Junqueras, que se enfrenta a 25 años de cárcel por un delito de rebelión agravado con malversación, dejo claro que se considera “un preso político” y que está “convencido” de que está en un “juicio político” en el que se le acusa por sus ideas y no por hechos.

No somos enemigos
“Asumí ir a la cárcel y que a lo mejor tenía que pasar un año y medio sin poder hablar”, afirmó el exvicepresidente, en prisión desde el 2 de noviembre de 2017, que aprovechó su intervención para lanzar un mensaje: “No somos enemigos de nadie, nos gustaría que nadie nos tuviera como enemigos”.


Tras “un año y medio de silencio forzado –dijo-”, Junqueras dedicó buena parte de su intervención a negar que el Govern contemplase la violencia como forma de alcanzar la independencia de Cataluña, como ya hizo ante el instructor, Pablo Llarena. 


“Nunca, nunca, nunca, nunca Nadie puede tener duda alguna sobre el hecho de que siempre hemos rechazado la violencia”, dijo y eludió a pronunciarse sobre la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.


Es por ello que su visión de lo que ocurrió el 20 de septiembre de 2017 en la Conselleria de Economía es que hubo una concentración de “actitud pacífica, respetuosa, con cánticos”, en la que “se repartían claveles” y “cantaban el Virolai, un himno religioso”, sin abordar los presuntos incidentes que imputa la Fiscalía y que son la base de su acusación.


Respecto al 1-O, arremetió contra las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado al denunciar que actuaron con una “violencia injustificada, innecesaria y que contradecía el mandato judicial” hasta el punto de que era “absolutamente imposible de imaginar que hubiese una intervención policial de este tipo”, para hacer frente a un comportamiento “cívico, pacífico y ejemplar”.
“Autodeterminista, independentista y republicano”, como él mismo se ha definido, el presidente de ERC aseguró que seguirá intentando el derecho a la autodeterminación de Cataluña porque es la aplicación de un principio democrático.

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