El impacto de la pandemia de coronavirus en el sector del turismo, uno de los más importantes de la economía española, se ha convertido en uno de los temas de discusión más candentes de los últimos días por parte de la clase política y empresarial por la proximidad del verano. Este segmento económico, si bien con menos peso que en otras regiones, también resulta importante para la ciudad naval, cuyas previsiones de cruceristas para el presente 2020 se encontraban cercanas a las de 2014, año en el que se registró el máximo histórico de escalas de esta clase de buques –25 embarcaciones y más de 39.000 visitantes–.
Sin embargo, las buenas previsiones con las que contaba la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao para este año, con 22 navíos comprometidos, se vio truncada el 14 de marzo con el inicio del estado de alarma, tan solo un día después del último crucero que visitó la ciudad hasta la fecha. Así, pese a que los cambios de fase en la desescalada dependen de la situación concreta, las previsiones de la Autoridad Portuaria sitúan la siguiente escala, correspondiente al “PV Aurora”, para el próximo 13 de agosto.
De este modo, según el balance del organismo, el presente año el número de visitas se reduciría hasta las diez –las dos registradas hasta el inicio del estado de alarma más ocho restantes de cara a finales de año–, perdiéndose así un total de doce escalas. La cancelación de dichos destinos, no obstante, no solo responde a las restricciones sanitarias impuestas por los diferentes gobiernos –de hecho a principios de semana el Ministerio de Transportes publicó una serie de recomendaciones de cara a reactivar el sector–, sino también de las propias navieras. P&O, por ejemplo, responsable del “Aurora” –que canceló dos escalas en abril y otra en junio, además de otra en mayo del “Arcadia”– ya no oferta en su dominio web viajes hasta el próximo mes de agosto.
Restricciones sanitarias
Pese a que de momento no se ha dado luz verde al reinicio del sector del transporte turístico de viajeros, desde el Gobierno se han apuntado medidas provisionales que la ciudad naval deberá acatar de cara a aprovechar la segunda mitad del año.
Entre otras, destaca la necesidad de acondicionar las zonas de embarque para poder garantizar el respeto por las distancias de seguridad, además de señalar que todas estas áreas deberán estar correctamente señalizadas tanto en español como en inglés. Del mismo modo, se deberá facilitar un espacio para la entrega o venta de material sanitario, así como definir un protocolo para aquellos pasajeros que pudiesen ser transmisores del coronavirus , y que este esté incluido “en el Plan de Autoprotección de la estación marítima”, detalla el Ministerio.
De este modo, pese a haber perdido más de la mitad de las escalas, buena parte de las restantes siguen siendo de buques de gran capacidad –de entre 1.500 y 3.000 personas a bordo–, concentrándose buena parte de los mismos en septiembre, abriendo así una nueva oportunidad económica.