El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, está determinado a promover una revisión de los delitos de rebelión y de sedición con el fin de que se ajusten mejor a la realidad actual, si bien aún no definió el alcance de esa reforma, que afrontará en cualquier caso con el deseo de concitar un amplio consenso en el Parlamento.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, confirmó la voluntad del presidente de promover en el Congreso un “debate abierto, previo contacto con los grupos parlamentarios” sobre la reforma del Código Penal que incluya la “tipificación de los delitos vistos respecto a los comportamientos producidos en Cataluña”, en referencia a la rebelión y la sedición.
Como sobre esta cuestión concreta el Gobierno de coalición aún no tiene una posición común –no ha habido ocasión aún de debatirlo– fuentes del Ejecutivo explican que aún no está decidido si la propuesta de reforma del Código Penal partiría del Gobierno con la presentación de un proyecto de ley o del grupo socialista con una proposición de ley.
Esta segunda opción permitiría a Unidas Podemos presentar su propia propuesta, escenario que fue al que apuntó el presidente en su entrevista en TVE al señalar que este sería un debate que tendría que abrirse en el Congreso. Si esta fuera finalmente la vía para abrir el debate sobre la reforma del Código Penal, la propuesta socialista se ajustaría a su programa electoral, pero sería sensible a las posiciones del resto de grupos con los que aspiraría a llegar a un acuerdo.
Delitos sexuales
Montero recordó que la reforma del Código Penal no se suscita exclusivamente por la conveniencia de actualizar los delitos de rebelión y de sedición por los que se juzgó a los líderes del procés, sino también por la necesidad de revisar los delitos sexuales con la idea de introducir el consentimiento expreso.
En definitiva, el fin que busca el Gobierno es que el Código Penal “recoja de forma inequívoca aquellas figuras penales en función de la realidad” actual y “aclare determinados comportamientos delictivos”. “Vamos con un planteamiento abierto”, dijo.
Pese a que se le preguntó de forma reiterada, no aclaró si los socialistas son partidarios de suavizar el delito de sedición. Fuentes del Gobierno no descartaron que finalmente se pudiera endurecer el delito de rebelión pero suavizar el de sedición.
La reforma que se lleve a cabo se aplicaría a las personas que estuvieran condenadas por esos delitos. Es decir, que si se suaviza el delito de sedición, la condena del líder de ERC, Oriol Junqueras, y del resto de condenados por sedición debería ajustarse de modo inmediato, por lo que se podrían beneficiar de una rebaja de sus condenas.
Ya en su etapa en la oposición, Sánchez propuso actualizar la tipificación del delito de rebelión a los tiempos actuales al considerar que tal y como estaba redactado se vinculaba casi en exclusiva a un golpe militar.
De manera más reciente, en la campaña del 10 de noviembre, defendió en el debate electoral recuperar el delito de prohibición de convocatoria de referendos ilegales. Tanto en un caso como en el otro, las propuestas se lanzaron en un momento en que Sánchez, por motivos electorales, había optado por endurecer el tono con el independentismo.