Compuesto y sin victoria

Compuesto y sin victoria
El meta racinguista Diego Rivas atrapa la pelota ante la oposición de varios rivales | iñaki osorio

Aunque empatar en el feudo de una de las mejores plantillas del grupo 1 como es la del Ourense CF, y además jugando toda la segunda parte en inferioridad numérica, puede ser considerado como un buen resultado, al Racing le quedó la sensación más de perder dos puntos que de ganar uno. Porque mientras estuvo al completo –incluso en los primeros minutos de estar en inferioridad– tuvo el partido bajo su control. Sin embargo, el desgaste físico le acabó pasando factura hasta acabar con un empate que lo puede dejar sin el liderato del grupo 1.
El ímpetu con el que empezó el partido el Ourense CF no se tradujo, sin embargo, en ocasiones para marcar. Fue el del equipo local un dominio más que nada por empuje del que el Racing se fue sacudiendo con el paso de los minutos, aunque también sin ser capaz de crear demasiado peligro sobre la portería rival. Los minutos, de esta manera, fueron discurriendo preferentemente en el centro del campo y sin apenas llegadas a cualquiera de las dos porterías.
En esta primera parte el Racing fue de menos a más hasta convertirse en el que controlaba la situación en los minutos previos al descanso. Sin embargo, cuando parecía que podía decantar el partido a su favor, lo que en realidad llegó fue la acción que condicionó el partido: una falta de Juan Antonio en mediocampo que, rigurosamente castigada con amarilla, se sumó a la que el delantero sevillano tenía de minutos antes para traducirse en una expulsión que hizo al cuadro verde pasar a jugar en inferioridad numérica.

Dominio
La nueva configuración no se notó a la vuelta de los vestuarios, porque el Racing salió dispuesto a ponerse por delante en el marcador. Y no tardó mucho en conseguirlo gracias, además, al acierto de su último fichaje, un Fer Beltrán que remachó un pase desde la banda izquierda de Villarejo para cruzar la pelota lejos del alcance del portero local. El tanto, además, fue el reflejo de una situación en la que el Racing se mostró superior a su rival a pesar de estar solo con diez jugadores sobre el terreno del juego, algo que no daba la impresión de ser así.
El paso de los minutos, sin embargo, sí hizo que la inferioridad numérica del Racing se empezase a notar. Más por empuje que por juego, el Ourense CF empezó a jugar casi siempre cerca de la portería rival, así que cualquier acción era susceptible de que se acabase convirtiendo en gol. Y este al final llegó cuando Raly Cabral enganchó dentro del área una pelota que se había quedado suelta. Fue el tanto que dejó al Racing compuesto... y sin victoria. l

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