El Narón “aguantó” dos cuartos antes de que la presión y la falta de rotaciones acabase con el equipo naronés. El cuadro que dirige Miguel Maseda no comenzó mal el partido y, a pesar de sus carencias, logró llegar al descanso solo ocho puntos por abajo en el marcador. Pero, en la reanudación, las cosas se complicaron para los de casa. La brecha se fue haciendo poco a poco más amplia y las fuerzas, físicas y mentales, flaquearon. Lastrado por sus pérdidas de balón –acumuló 26 en todo el encuentro–, el Baloncesto Narón no tuvo argumentos ni recursos para frenar al Ourense.
Tras la séptima derrota consecutiva y después de las bajas de Poston y Moreno, el Narón espera incorporar esta misma semana a un jugador con el que rehacer su juego.