Familiares, amigos y numerosos representantes del mundo de la política, la economía y el deporte, entre otros ámbitos, despidieron ayer a la exalcaldesa de Valencia y senadora, Rita Barberá, en un tanatorio municipal que se quedó pequeño para acoger a todas las personas que quisieron acercarse para dar su último adiós a la que durante 24 años rigió la vida municipal en la capital del Turia.
A pesar de que la familia había expresado la “conveniencia de la ausencia de la instituciones públicas y partidos políticos” en los actos fúnebres, fueron numerosas las personas que se acercaron a acompañarles en el funeral, entre ellas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Durante la misa funeral, una de las sobrinas de la exalcaldesa de Valencia le dedicó, entre lágrimas, unas palabras a su “tía Rita”. “No pensé que tendría que escribir esta carta tan pronto”, expresó. “Esto no tendría que haber pasado”, dijo, y en este punto se dirigió directamente a Rita Barberá: “Todos aquellos que te han abandonado o perseguido sin descanso han acabado contigo y te han roto el corazón”.
“Aquí –en el tanatorio–, con toda la gente que se ha reunido, se demuestra que somos muchos los que te queremos”. Para acabar, le ha dado las “gracias” a Barberá por “ser una gran mujer, amar a tu patria y vivir por tus ciudadanos de Valencia”. “De parte de tus siete sobrinos: te queremos, tía Rita”, remachó.
Las palabras de la sobrina arrancaron un amplio aplauso de los asistentes, a los que ha seguido un grito de “Visca Rita” y “Visca l’alcaldesa de Valencia”, que fue repetido por los asistentes, parte de los cuales entonaron el himno valenciano durante unos segundos.
“CONDENA INJUSTA”
El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, quien ya celebró el miércoles por la noche una homilía en la Seo en memoria de la que fuera alcaldesa, presidió el funeral. A su entrada al tanatorio, expresó a los periodistas su “dolor” por la pérdida, denunció su “condena pública injusta” y volvió a pedir que esta muerte provoque “cambios en la sociedad”.
Ya en el acto del funeral, añadió la necesidad de “cambiar y orar porque nuestra sociedad no puede seguir así. No puede seguir dándole la espalda a Dios y vivir y actuar como si no existiera”. Cañizares recordó de Barberá su “fe inquebrantable” y trayectoria “haciendo el bien por el mundo y siendo testigo del amor a todos sin exclusión a nadie, sirviendo a todos y no sirviéndose de los demás”.
El himno de la Mare de Déu, cantado por los asistentes, puso punto final a la despedida a Barberá, antes de que una representante de la familia agradeciese las “muestras de afecto y condolencias” de todos los presentes.
Entre los asistentes, estuvo el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, quien había anunciado su asistencia como amigo, y que acudió a primera hora de la tarde al tanatorio, acompañado de su mujer y de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, donde subrayó que fue un “enorme honor” ser amigo de la “generosa, afable y luchadora” Rita Barberá. “Estoy aquí como presidente del PP y como amigo”, dijo.