La permanencia en División de Honor pasa para el Abeconsa Basketmi por el partido que esta tarde lo va a enfrentar a las cinco y media, en el Ensanche, al Joventut de Badalona. Una contienda con la que los departamentales despiden la temporada como locales –después les restará solo un partido ante el Amfiv en Vigo– y en la que se juegan a cara o cruz su salvación.
En el encuentro de ida de esta liguilla, disputado en tierras catalanas, el equipo que dirige Miguel Loureiro se impuso por 43-50, en lo que fue su única victoria de toda la campaña. Un triunfo que puede valer su peso en oro pues ahora, de salir de nuevo airoso, equivaldría a obtener la salvación de forma matemática. De lo contrario, el Abeconsa Basketmi ya no dependería de sí mismo y su futuro estaría a expensas de lo que pasase en el último encuentro ante el grupo olívico y, a su vez, de lo que vigueses y catalanes hagan en su confrontación. Y es que, incluso perdiendo, las opciones del grupo ferrolano pueden ser todavía altas siempre que lo haga por un margen menor a esos siete puntos de ventaja que logró en la primera vuelta.
Pero, más allá de cábalas numéricas, los de Miguel Loureiro quieren asegurarse la permanencia en la máxima categoría nacional por méritos propios y eso saben que pasa por alcanzar una victoria para la que se han estado preparando con ahínco durante las últimas semanas. Ha pasado casi un mes desde que disputaron su último encuentro y el equipo ha empleado este tiempo en alcanzar una buena puesta a punto para un duelo en el que, como en la ida, será importante su rendimiento pero, sobre todo, mantener su capacidad realizadora y ahí, la aportación de Paz y el internacional brasileño Da Silva resultará determinante.