“La recaída es una sombra con la que tiene que trabajar y luchar el alcohólico en su rehabilitación”

“La recaída es una sombra con la que tiene que trabajar y luchar el alcohólico en su rehabilitación”
ana maría caaveiro garcía trabaja en el centro de exalcohólicos desde el año 2001 jorge meis

La Asociación de Exalcohólicos de Ferrolterra es una Unidad Asistencial en Drogodependencias destinada a alcoholismo, declarada de carácter ambulatorio y con un ámbito de actuación que abarca todo el área sanitaria de Ferrolterra, 22 ayuntamientos, con una población aproximada de 250.000 habitantes; además de tratar a enfermos de otras provincias, que acuden voluntariamente.
Ana María Caaveiro García es la psicóloga de la unidad, donde ejerce su profesión desde el año 2001.

Los enfermos que acuden al centro, ¿llegan por voluntad propia o son derivados por algún servicio?
Tenemos derivaciones tanto de los medios de atención primaria como de la unidad de salud mental del hospital naval. También de servicios sociales, médicos de empresa e instituciones penitenciarias (hay casos en que algún delito puede conmutar parte de la condena y entonces es necesario emitir informes en función de la evolución del paciente y garantizar que no hay riesgo de que vuelvan a delinquir). Además, hay un porcentaje pequeño de personas que viene con una motivación personal, por haber conocido a alguien que ha tratado el problema y deciden acercarse y pedir ayuda.

¿El alcoholismo se presenta como única patología o suele estar asociada a otros problemas?
Nosotros hablamos de patología dual, que quiere decir que generalmente un porcentaje alto de personas que acude al centro tiene asociada la adición a una enfermedad mental primaria (depresión, trastornos de personalidad, ansiedad, etc) . Este es el porcentaje más elevado, ya  que es difícil encontrar una persona con alcoholismo puro, con solo ese diagnóstico.

¿Qué pasos se dan una vez que el enfermo decide curarse?
El primer contacto es con la trabajadora social, que abre el expediente. Después el médico le da el tratamiento farmacológico correspondiente y posteriormente  pasa a la psicóloga. Nosotros hacemos intervenciones individuales, de tipo psicológico, con una vertiente cognitivo-conductual. Es muy recomendable que acuda la familia para poder intervenir de cara al  estigma que supone esta enfermedad, porque hay que trabajar a la par y la pareja o la familia deben avanzar conjuntamente. Hay unas sesiones de seguimiento cada mes y cuando la persona está ya en abstinencia, predispuesta a no beber, con tendencia al cambio y no hay patología dual muy grave que le impida participar en las psicoterapias grupales, empezamos con esto semanalmente. El objetivo es incidir sobre la prevención de la recaída, como parte del proceso alcohólico y hacer frente a ella  en caso de que se produzca para que el impacto sea menor, tanto para el paciente como para la familia. Cada jueves, dos al mes, hay reunión de equipo, de médico, trabajadora social y psicóloga y otro jueves se hace trabajo protocolario.

¿Cuándo estaría listo un paciente para abandonar la terapia?
Si con las intervenciones farmacológica, social y psicológica el paciente va manteniendo su abstinencia, llegaría un momento en que tras dos años sin alcohol se considera rehabilitado. Se daría el alta y ahí concluiría este proceso.

¿Las recaídas son frecuentes o esporádicas?
El 80% de las personas que inician un proceso de rehabilitación del alcoholismo padecen una recaída, bien al principio, a mediados o tras el alta terapéutica. En la vida del alcohólico es una sombra con la que tiene que trabajar y luchar con el enfrentamiento a la misma.

¿Existe un perfil para el alcoholismo o va cambiando con el tiempo y las circunstancias sociales o económicas?
Creo que antes existía un perfil de tipo social, con una edad de 40-50 años, con consecuencias asociadas a trastornos físicos. En la actualidad hay trastornos adictivos a más temprana edad, con policonsumos –drogas asociadas al alcohol–. En cuanto a sexos, también se ha igualado y ha aumentado el número de personas jóvenes, con diferentes problemáticas. Ahora se dan, por ejemplo, muchos problemas de carácter legal.
¿No son necesarios los ingresos hospitalarios para vencer  esta enfermedad?
 Hay determinados casos en que se produce una mayor dificultad en la primera fase de desintoxicación para conseguir la abstinencia total, por cuestiones físicas o psicológicas. Para eso tenemos un convenio y un trabajo codo a codo con la unidad de desintoxicación del Hospital Naval, se colabora con la unidad de Psiquiatría. Así, se llevaría a cabo  la desintoxicación hospitalaria en menos tiempo y con un control más exhaustivo. Después continuarían aquí en las consultas. Se trata de adiciones moderadas graves que suponen un riesgo para su salud –delirium tremens, tendencias suicidas, cuadros depresivos importantes, etc–.

En la unidad también se trata la ludopatía...
Llevamos cinco años autorizados para tratar la ludopatía, con un convenio con el Sergas. La persona que tiene problema de alcoholismo suele jugar de forma secundaria y al tratar el problema primario acostumbra a  dejar el juego, cura la segunda desinhibición. Sí que hay un trastorno patológico de ludopatía, asociado a problemas psicológicos en un momento dado de la vida, pero es difícil encontrar solo a un ludópata, es fácil que esta patología se haya disparado por una separación o un duelo mal elaborado, una situación de crisis económica, etc. De hecho, actualmente y con la crisis y los problemas económicos que se están dando en las familias estamos notando un repunte. n

“La recaída es una sombra con la que tiene que trabajar y luchar el alcohólico en su rehabilitación”

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