La crisis del coronavirus obliga a retrasar la selectividad, que se celebrará entre el 22 de junio y 10 de julio en convocatoria ordinaria y antes del 10 de septiembre en la extraordinaria, con cambios en su modelo y contenido para que ningún estudiante se vea perjudicado por el cierre de las aulas.
Es una de las decisiones adoptadas este miércoles por la ministra de Educación, Isabel Celaá y los consejeros autonómicos en la Conferencia Sectorial telemática, en la que también acordaron cancelar las pruebas de diagnóstico de Primaria y Secundaria.
Al término del encuentro, Celaá aseguró que “para el 25 de septiembre todo estará concluido”.
Además, recordó que las nuevas fechas de la EBAU están coordinadas, además de con las comunidades, con el ministerio de Universidades y los rectores de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y recalcó que “estamos pisando tierra firme”.
Demostrar lo que saben
Celaá justificó los cambios en el modelo y contenido de la prueba para que haya “más opcionalidad” para el alumnado, que trabajó en contenidos diferentes según comunidades y centros, para que “puedan demostrar lo que saben y no lo que no han dado”.
“Ahora toca ajustar con los equipos técnicos”, aseveró para manifestar que los dos primeros trimestres del curso “han sido bien acabados, concluidos, en la inmensa mayoría de centros”.
Será el próximo 11 de abril cuando, otra vez por videoconferencia con los consejeros, se determinen “cuáles son las circunstancias que acontecen en este momento y ver cómo transitamos el final del curso”.
“Nadie, ninguna familia debe preocuparse en exceso; es decir, ya estamos bastante preocupados por la situación en general, pero lo que estamos haciendo es trabajar denonadamente para que, primero, ningún alumno pierda el curso por la circunstancia de la pandemia”, tranquilizó Celaá.
Celaá agradeció “muchísimo” a las familias” el esfuerzo “grandísimo” que están haciendo y pidió “sensatez” al profesorado, que también está “trabajando profusamente” para que los alumnos puedan entender los contenidos y que las plataformas puedan llegar a sus casas.
La ministra insistió en que “de ninguna de las maneras” está previsto que el curso termine antes de lo que le corresponde.
En el encuentro de Educación y los consejeros se habló también de los alumnos matriculados desde el pasado septiembre para este curso en un centro educativo extranjero, como puede ser en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá o Francia.
Celaá resaltó que es “preciso que sigan su curso y lo completen en el centro” para poder obtener un certificado que después pueda convalidad Educación, aunque sugirió que, si hay algún caso excepcional en el que el centro extranjero no se haga cargo, el Ministerio lo estudiaría.
Educación y los consejeros analizaron también, según Celaá, la necesidad de identificar a “aquellos alumnos que, por razones diferentes, circunstancias diversas, no han logrado coordinarse con el profesorado”.