Los integrantes de la selección nacional de tiro con arco, de la que forma parte Miguel Alvariño, son de los pocos deportistas españoles que mantienen su actividad. Lo hacen, eso sí, más allá de nuestras fronteras, en la localidad turca de Antalya. Hasta allí se ha desplazado el equipo español para seguir con su preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio y, desde allí, el arquero pontés se muestra tranquilo –dentro de lo que cabe dada la situación que han dejado atrás en España– y, sobre todo, concentrado para que las circunstancias no influyan en su puesta a punto.
La concentración en tierras turcas estaba programada para esta semana, pero antes de que el país se “bloqueara, como sucedió en Italia, la Federación decidió que nos fuésemos para Turquía para entrenar y poder seguir preparando los Juegos Olímpicos”, explica el pontés, que comparte expedición con Pablo Acha y los hermanos Sánchez, así como las cuatro integrantes de la selección femenina de recurvo, el entrenador y el director deportivo de la Federación.
Desde la distancia, Miguel Alvariño reconoce que inicialmente vivió la situación “con muchos nervios, por ver que no le pase nada a la familia, pero parece que las cosas en Galicia van mejor que en Madrid y entonces estoy más tranquilo". Y es por eso que el arquero insiste en que “a día de hoy estoy más preocupado por el tema de los Juegos Olímpicos que por cualquier otra cosa, así que no tengo tiempo de pensar cómo están las cosas en España. De hecho, mi pareja y mi familia no me cuentan casi nada de cómo están las cosas ahí".
El problema de hoy es que, como en el resto de facetas de la vida diaria, también a nivel deportivo el futuro se presenta incierto. A día de hoy, la primera Copa del Mundo está suspendida, pero a partir de ahí nadie sabe qué va a suceder con el resto del calendario internacional ni, por supuesto, con los Juegos Olímpicos: “Así que estamos a la espera. De momento estamos entrenando como si todo siguiese normal hasta que tengamos noticias”, asegura. Un trabajo que pasa, sobre todo, “por entrenar a tope” y ponerse a tono “ a nivel físico”. Un programa que se va a prolongar hasta el 6 de abril, momento en el que a día de hoy está previsto el regreso de la expedición, aunque este aspecto todavía está en el aire.