El electricista gallego Manuel Fernández Castiñeiras, juzgado por el robo del códice Calixtino, fue condenado a diez años de prisión y a una multa de 268.425,11 euros por los delitos de hurto, robo continuado y blanqueo de capitales, según la sentencia divulgada ayer por el Tribunal Superior de Xustiza.
Su mujer, la costurera Remedios Nieto, fue condenada a seis meses de cárcel y el hijo, Jesús Fernández Nieto, fue absuelto.
Los magistrados han considerado probado que cometió un delito de hurto por la sustracción del manuscrito del medievo, un delito continuado de robo con fuerza en las cosas por la apropiación de diversas cantidades de dinero y documentación y un delito de blanqueo de capitales por la compra de inmuebles con dinero de procedencia ilícita.
Quedó absuelto, no obstante, de los delitos contra la intimidad de los que fue acusado.
El tribunal condena también a su esposa a seis meses de prisión por un delito de blanqueo de capitales y a una multa de 268.425,11 euros.
Los magistrados consideran que Fernández Castiñeiras planeó utilizar el dinero sustraído e introducirlo, a estos efectos, en el tráfico mercantil, invirtiéndolo en la adquisición de fincas urbanas, para lo cual se puso de acuerdo con su mujer, quien era conocedora de la ausencia de medios de vida lícitos que justificasen la posesión de grandes cantidades de dinero en efectivo.
Sin embargo, el hijo fue absuelto al entender que no existen indicios suficientes de los cuales se pueda inferir su participación en el delito de blanqueo.
El fallo judicial indica, además, que se decreta también el comiso de los dos pisos, situados en Sanxenxo y en Milladoiro, que el acusado y su mujer adquirieron con dinero robado, y condenan al acusado a indemnizar con cerca de dos millones de euros a la catedral, el dinero que la sala considera que le fue sustraído.
Parte de este dinero, cerca de 1.700.000 euros, ya fue entregado a la catedral por la Audiencia, al tratarse de dinero intervenido al ahora condenado.
La letrada Carmen Ventoso, que se ha ocupado de la representación del electricista confesó que a pesar de que su cliente fue condenado, la sentencia ha producido en ella “cierta satisfacción”.
La pena, manifestó, está “muy lejos” de la demandada por el Ministerio Fiscal –15 años– y la acusación particular, que ejerció la Iglesia y reclamaba 31.
Fernández Castiñeiras fue castigado por ser considerado responsable de un delito de hurto, otro de robo con fuerza en las cosas y uno tercero de blanqueo.
Carmen Ventoso, que tiene un plazo de cinco días para interponer un recurso de casación, reparó en que la pena que se le ha impuesto a su cliente es inferior a las que para él pedían y, al igual que se ha contemplado la nulidad de las pruebas obtenidas a través de los micrófonos que se instalaron en el domicilio de su patrocinado, avanzó que leerá “punto por punto” la sentencia para ver qué puede apelar.
Así, aseguró que si no se estiman sus consideraciones, ya que en la vista oral se han planteado unas cuantas, pues la vía será la de ir hasta el Alto Tribunal.