Un partido desafortunado

Un partido desafortunado
Gustavsson trata de evitar la canasta del Araski | Pilar G. Barco

“En algunos momentos nos salieron cosas en defensa”, reflexionaba Sandra Prieto sobre el partido de ayer y probablemente eso sea lo mejor, y quizás hasta lo único bueno –al margen de los cinco triples de Patri Cabrera–, que se pueda decir del Baxi Ferrol que ayer cayó ante el Araski. A las departamentales no les salió nada en Mendizorroza y eso, unido a que su adversario tampoco estuvo especialmente acertado, trazó las líneas maestras de un partido auténticamente soporífero.
Un ritmo lentísimo, unos porcentajes de acierto muy pobres, infinidad de pérdidas de balón, fallos no forzados, pocas ideas en ataque... Ninguno de los contendientes hizo demasiados méritos para llevarse la victoria –en el minuto 26 el marcador era de 31-32–, pero el Araski supo salir del pozo al tiempo para acabar decantando a su favor un partido que, siendo sinceros, siempre pareció tener bajo control.
Porque salvo un prometedor arranque que llevó a las ferrolanas a mandar en el marcador, las vitorianas casi siempre llevaron la delantera. El conjunto departamental se atascó en los seis puntos y, entre algún despiste defensivo, pases que no llegaron a su destino y alguna que otra precipitación, se encontró con nueve puntos de desventaja al término del primer cuarto.
No eran buenas las sensaciones, pero Patri Cabrera llegó al rescate y, con dos triples consecutivos en el arranque del segundo parcial, encabezó una tímida reacción que puso al Baxi Ferrol a solo tres puntos tras un parcial de 2-10 (19-16). Un visto y no visto, porque la dinámica del partido de ayer fue, precisamente, esa: arreones de un lado, arreones del otro, un Araski que parecía que se iba en el marcador, pero que no, y un Baxi que cuando enlazaba un par de acciones buenas daba la sensación de que podía, pero tampoco.
Y así consumieron los dos equipos buena parte de un segundo cuarto en el que también se puso de manifiesto otro de los factores que condicionarían el partido: las faltas personales. No es que ninguna de ellas estuviese ayer especialmente acertada, pero Sandra Prieto tuvo que prescindir durante muchos minutos de Cheslek, Coleman y Gustavson, que entre mitad del segundo cuarto y principios del tercero ya lucían tres personales en su cuenta. Una piedra más para un equipo obligado a cambiar sobre la marcha su plan de partido.

Remontada
Es difícil decir quién contagió a quién, pero lo cierto es que, a pesar de no hacer un partido brillante, su oponente puso sobre la cancha una oferta tan pobre que bastó un nuevo triple de Patri Cabrera, una canasta y adicional de Gustavsson y dos tiros libres de Van Grinsven para que, mediado ese tercer periodo, el Baxi Ferrol se pusiese por delante en el marcador (31-32).
Pero, como vino esa efímera ventaja, se fue. El Araski volvió a coger de nuevo la ola buena impulsado por el acierto de algunas de sus jugadoras decisivas –Drammeh y Edwards aparecieron cuando era necesario– y el infortunio del Baxi desde la línea de tiros libres.
El Araski se cansó de especular y al cuadro ferrolano se le agotaron las ideas. No hubo más historia. Toca levantarse y pensar ya en el Ensino, el sábado, en A Malata. Ya no queda margen de error. l

Un partido desafortunado

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