Reportaje | Simples trazos inocentes que cuentan lo que las palabras no pueden

Reportaje | Simples trazos inocentes que cuentan lo que las palabras no pueden
El CIM, ubicado en la Casa da Muller de la calle Lugo, atendió el pasado año a 300 mujeres de distintos puntos de la comarca | d.a.

Los niños muchas veces sufren en silencio problemas en su entorno o en su desarrollo y llegar al fondo de la cuestión no siempre es fácil. Por eso existen técnicas que ayudan a los expertos a conocer la personalidad y las sensaciones del menor, como es el caso del dibujo. “Es una herramienta muy valiosa para hacer un diagnóstico diferencial en menores. Se trata de una técnica que se utiliza sobre en todo en la interpretación de un dibujo libre y nos da muchas veces la ocasión de ver cuál es la problemática. Entre ellos, también el dibujo de la familia, como la estructura, quiénes son los elementos más importantes para él... Pero hay que integrarlo con otras pruebas, no vale que haga un dibujo sin más”, explica la responsable del Centro de Información á Muller (CIM), Dolores Cervera.
Así, a través de la expresión libre del menor a través del dibujo, “se liberan muchísimas tensiones, osea que sirve tanto para hacer un diagnóstico diferencial –por el cual se identifica una determinada enfermedad, síndrome, o cualquier estado de salud, así como dificultades en el aprendizaje o desarrollo–, como para luego hacer terapia infantil, sobre todo en menores que no tienen lenguaje”, indica Cervera, al mismo tiempo que señala que el juego es un gran aliado en estos casos.

Esta interpretación psicológica del dibujo infantil se utiliza en cualquier menor que llegue al centro –ubicado en la Casa da Muller (Lugo, 56)–, siempre que la madre considere que hay que tratarlo. “Nosotros no podemos ver a ningún niño que no venga derivado no solo de la madre, sino de algún tipo de institución como el médico o el entorno del niño”, comenta.
Además, aunque al CIM acuden más mujeres que niños, “es verdad que vemos menores víctimas de violencia de género o que la presenciaron, sobre todo los que viven con sus madres en la Casa da Acogida y que tuvieron que dejar sus casas por este tipo de violencia”. Así, a través del dibujo, se puede llegar a saber cómo está ese niño en relación a la familia, aunque se trata de un proceso de larga duración.
“En una semana no se va a solucionar el problema, puede durar meses o años, incluso con las mujeres”, señala la directora del CIM, quien destaca la importancia de acudir al centro para encontrar ayuda.
Actividad del CIM en 2017
En términos generales, el año que acabamos de despedir, 2017, el CIM atendió a 300 usuarias, una cifra superior a la de 2016 debido a que “cada vez se va conociendo más y es un recurso que está funcionando”. Con todo, las personas que acuden no son solo víctimas de violencia de género, sino que “cualquier mujer que considere que tenga algún problema puede venir por aquí”, señala.
La mayoría de las usuarias proceden de Ferrol, pero también de concellos de la comarca como Narón, Fene, Ares, San Sadurniño o Mugardos. “Vienen mujeres de todo tipo, sobre todo las que sufren violencia de género que ya vienen derivadas de la policía específica para estos casos, la UPAP (Unidades de Prevención, Asistencia y Protección), así que nosotros trabajamos con ellas y tramitamos las distintas ayudas que hay: tanto económicas, como asesoramiento jurídico, psicológico”, así como información acerca del Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género (Atenpro) de Cruz Roja, que ofrece una atención inmediata las 24 horas del día, los 365 días del año y sea cual sea el lugar en que se encuentren.
El perfil de las víctimas, tal y como constatan en el CIM, es cada vez más joven ya que “si hace diez años la media de tiempo padeciendo maltrato estaba en 13 años, ahora mismo vemos a muchas jóvenes de 19 o 21 años con una historia de maltrato de 1 año pero que es mucho más brutal”, asegura Cervera.


Por eso la sensibilización y concienciación es fundamental a la hora de educar en valores, sobre todo en las edades más tempranas. El hecho de guardar un minuto de silencio –práctica que el Concello repite con cada mujer muerta por violencia machista– o iniciativas como el pintado de frases feministas en distintos pasos de cebra de la ciudad son actos muy significativos y valiosos como forma de repulsa a esta lacra y favorecer a su desaparición. “Son muy necesarios, si estamos visibilizando el problema día a día llegará un momento en el que exista una mayor conciencia, eso es fundamental para erradicarlo. Entre sensibilización, rechazo y tolerancia cero con este tipo de comportamiento, se va creando en la sociedad una especie de rechazo; aunque es un proceso muy lento que requiere de mucha paciencia y esfuerzo”, explica la psicóloga, que destaca además el hecho de que “cualquier mujer lo puede sufrir por el hecho de ser mujer, no porque tengas un perfil determinado”.
Así, lo que recomiendan los expertos es que, una vez presentada la denuncia y concedida la orden de alejamiento –o no, ya que muchas veces el requerimiento queda archivado, por lo que se trata a todos los casos–, acudan al CIM para que puedan ser informadas de todas las ayudas con las que cuentan, ya que muchas veces el miedo y el desconocimiento provocan una sensación de frustración.

El pasado año, 48 mujeres y 8 menores murieron en España a causa de la violencia de género por lo que el recientemente aprobado Pacto de Estado supone un respaldo político fundamental. “En general, las mujeres se sienten bastante desprotegidas, independientemente de los recursos que existen ahora, y lo estamos viendo. Muchas mujeres con orden de alejamiento son asesinadas por sus parejas o exparejas, por lo que se necesita poder regular todo esto y, sobre todo, que sea efectiva la ley porque cada vez se denuncia más”, señala Dolores Cervera. Según el último informe del Consejo General del Poder Judicial, las denuncias de este tipo pasaron de 66 (de julio a octubre de 2016) a 102 (en el tercer trimestre de 2017).

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