Unas 500 personas participaron este año en la celebración en la que hubo exposición y venta de trabajos, regalos, sorteos y demostraciones en vivo de patchword y bordado tradicional para que pudiesen disfrutar tanto vecinos como visitantes.
Botellas de vino, estancias para dos personas en alojamientos de la zona, ropa y hasta décimos de lotería fueron algunos de los regalos que rifó la organización gracias a la ayuda desinteresada del comercio y la hostelería local. l