China relaja la polémica ley del hijo único y pone fin a los campos de reeducación

China relaja la polémica ley  del hijo único y pone fin a  los campos de reeducación
La Asamblea Nacional China ha aprobado unos esperados avances sociales efe

La Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo órgano legislativo de China, aprobó ayer dos esperados avances en política social y de derechos humanos del régimen comunista, el fin de los controvertidos campos de reeducación y la relajación de la no menos criticada política del hijo único.

Ambas decisiones fueron tomadas en la última reunión del año de la ANP, tras una semana de deliberaciones y un mes y medio después de que el Partido Comunista de China (PCCh) prometiera éstas y otras reformas sociales y económicas.

Respecto a la reforma legal de la política del hijo único también oficializada ayer, permitirá un segundo vástago a las familias en las que uno de los cónyuges carezca de hermanos (antes esta excepción sólo se ofrecía si tanto el padre como la madre cumplían el requisito).

La resolución establece que ahora está en manos de las asambleas provinciales chinas la puesta en práctica de la nueva política, ya que la aplicación de ésta varía según cada división administrativa. El parlamento de Pekín, por ejemplo, ya ha empezado a debatir los cambios, y se calcula que en la capital entrarán en vigor hacia marzo de 2014, fecha en la que otras zonas más desarrolladas del país podrían adoptarla también.

Autoridades sanitarias y de planificación chinas calculan que esta reforma hará que nazcan dos millones de niños chinos más cada año, aumentando de siete a nueve millones la cifra total de nacimientos anuales.

La política del hijo único se inició a finales de los 70 y principios de los 80 para frenar la superpoblación, pero en los últimos años expertos y legisladores chinos han abogado por su relajación, debido a problemas derivados de ella como el rápido envejecimiento poblacional o la escasez de mano de obra.

En 2012 la población activa china bajó en 3,45 millones de personas, mientras que los chinos mayores de 60 años son ya casi la tercera parte del total (400 millones), tendencias que unidas ponen en peligro la continuidad del crecimiento de la segunda economía mundial.

El régimen comunista argumenta que si la política del hijo único no se hubiera aplicado actualmente el país acusaría mayores problemas de superpoblación, pues tendría 1.700 millones de habitantes, en lugar de los 1.300 millones actuales. n

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