La venta de almeja en las lonjas de la ría cayó un 13,25% el pasado año

La venta de almeja en las lonjas de la ría cayó un 13,25% el pasado año
Las capturas de la mayoría de las especies más importantes de la ría descendieron el pasado año | archivo

El pasado año 2020 resultó especialmente crítico para los profesionales de las cofradías de la ría. La pandemia de coronavirus, sumada a la bacteria Perkinsus, supusieron una caída dramática en el número general de capturas, pero con una especial incidencia en las diferentes especies de almejas, uno de los principales productos del área. De media, en las lonjas de Ferrol, Barallobre, Pontedeume y Mugardos –esta última del área de Ares, pero con una gran presencia de estos bivalvos– las capturas cayeron un 13,25% en 2020 frente al año anterior.

Si bien las especies fina y babosa tuvieron leves descensos –2,48 y 4,42%, respectivamente–, fueron las variedades rubia (-29,92%) y japonesa (-16,19%) las que se vieron más afectadas. Así, según las estadísticas de Pesca de Galicia, la variedad babosa, la de mayor presencia en los cuatro pósitos –salvo Pontedeume–, pasó de los 35.235 kilogramos en 2019 a 33.679 un año después. Curiosamente, de las cuatro especies principales es la única cuyas cifras aumentaron en todas las lonjas menos en Mugardos, donde se capturó casi una tonelada menos.

La segunda especie con más presencia, la almeja japonesa, no salió tan bien parada, con descensos en todos los pósitos salvo Pontedeume. Esta especie, también conocida como almeja de Manila –de hecho es mucho más común en aguas filipinas que niponas–, pasó de los 38.111 kilogramos a 31.940 en tan solo un año. La tercera variedad más común en las lonjas de la ría, la almeja rubia, fue la peor parada el pasado año. Esta especie –sin presencia en Mugardos y apenas testimonial en Pontedeume en 2020– pasó de ser la más importante en Ferrol a la tercera y, curiosamente, de la quinta a la primera en Barallobre en 2020. A pesar de ello, el total de capturas descendió de los 37.847 kilos a 26.520.

Finalmente, la almeja fina, la principal especie afectada por la bacteria Perkinsus, no experimentó una caída tan dramática como el resto de variedades, aunque el descenso se dio en todos los pósitos que la trabajan, salvo en Pontedeume. De forma global, la caída de las capturas fue de 11.029 kilogramos a 10.755 en tan solo un año, aunque las cofradías de Ferrol (-962 kilos) y Barallobre (-908 kilos) fueron las más afectadas. Para concluir, no obstante, cabe descara una quinta especie que, si bien no pertenece a la misma familia que las anteriores, también puede estar afectada por su propia variedad de Perkinsus, la ostra plana. Las capturas de este bivalvo, con especial presencia en Barallobre, descendieron en 2020 un 29,84%.

La venta de almeja en las lonjas de la ría cayó un 13,25% el pasado año

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