La Cocina Económica volverá a abrir su sede el próximo lunes para repartir desde allí los menús para llevar. El Concello de Ferrol entregó ayer a esta entidad un paquete con equipos de protección individual para garantizar que el reparto de las bolsas (que incluye la comida y también cena fría) se pueda hacer con seguridad. Esto implica el desmontaje de la carpa que Benestar Social tuvo que instalar en la plaza de España para poder acoger a las decenas de personas que cada día acudían al edificio de la calle Rubalcava. El personal de la Cocina Económica siguió cocinando a puerta cerrada y Protección Civil pasó a encargarse del reparto de la comida desde la oficina de turismo.
La donación de material incluye 60 máscarillas del tipo FFP2 (las recomendadas para evitar no solo contagiar a otros sino también para evitar contagios del exterior), que fueron solicitadas por el Concello a la Xunta; 60 buzos, 125 mascarillas quirúrgicas, diez pantallas faciales, doce botes de 200 mililitros de gel hidroalcohólico y 300 pares de guantes.
Con esta apertura se recupera cierta normalidad en un espacio que cerró primero su comedor y después sus instalaciones. En otras cocinas económicas de Galicia se mantuvo el reparto de comida para llevar. En Ferrol se hizo cargo de esta gestión el Concello, a través de voluntarios de Protección Civil y de la instalación de una carpa, mientras el personal propio de la Cocina Económica seguía cocinando los menús necesarios, que además se incrementaron ante la emergencia social provocada por el coronavirus. En total, explican fuentes municipales, en la plaza de España se han entregado hasta ahora 12.000 menús.
Otro espacio que se puso en marcha de urgencia fue el albergue provisional de la Casa do Mar, que también se irá adaptando a las fases de la “desescalada” para vaciar el edificio. Mientras dure el confinamiento seguirá abierto para asegurar que ninguna persona quede a la intemperie. En la actualidad tiene 16 plazas ocupadas.
La mesa técnica sobre personas sin techo, formada por el Concello y seis entidades, se reunió ayer para tratar esta cuestión y analizar los casos de forma individual. Hay personas esperando a que se levanten las restricciones para volver a sus países y otras que podrán derivarse al refugio Pardo de Atín, que ya tiene camas libres. l