El Somozas reinó en el derbi de Ferrolterra y demostró que, por lo menos esta temporada, le tiene tomada la medida al Racing. La victoria que logró en A Malata supone la tercera en los cuatro partidos que ha jugado contra el equipo ferrolano esta campaña y pone el punto final a la racha de diez triunfos seguidos como local de su adversario. Pero, sobre todo, le permite sumar tres puntos que lo acercan un poco más a la permanencia que se ha fijado como objetivo esta temporada y que esta vez, de nuevo, ha demostrado merecer por lo que desarrolla sobre el campo.
Que el de ayer no era un partido como cualquiera de los diez últimos que el Racing disputó –y ganó– en su feudo se notó desde el primer minuto. Las dificultades que el cuadro verde encontró para hacerse con la posesión de pelota, ante un Somozas mucho más intenso en las disputas, derivaron en un choque en el que el control era de la escuadra visitante. De esta forma, su adversario apenas era capaz de generar peligro sobre la portería contraria y, en cambio, el equipo somocense era el más cómodo.
Así, sin apenas llegadas sobre cualquiera de las metas, el marcador se inauguró a través de un error racinguista en una acción a balón parado a su favor que, sin embargo, se transformó en una contra del Somozas. Ahí, Héber Pena recibió un balón en la banda izquierda y lo envió hacia la corona del área, donde Luis Ángel remató al fondo de las mallas con un tiro que tocó ligeramente en Maikel Mesa y despistó al meta racinguista, Mackay.
El Somozas incluso pudo hacer más sangre en la herida rival a través de un penalti señalado al cancerbero herculino en una acción con el propio Héber Pena. Este fue el encargado de ejecutar la pena máxima, pero su envío se marchó desviado de la portería contraria y eso hizo que el partido llegase al descanso con un 0-1, justo para lo que ambos rivales habían desarrollado sobre el terreno de juego, pero que a la escuadra visitante le sabía a poco por lo que casi pudo lograr.
CAMBIO
De hecho, en pocos minutos la cara del Racing varió totalmente con respecto a lo que había mostrado en la primera mitad. Con más posesión de pelota y llegada a la portería rival –a pesar de que no fue capaz de traducir ese dominio en oportunidades demasiado claras–, el equipo ferrolano parecía acercarse al empate. En cambio, el Somozas bastante tenía con pertrecharse en su parcela defensiva y tratar de aprovecharse los huecos que su rival –cada vez más– iba dejando para tratar de sentenciar.
El gol del empate, cuando Joselu remachó en boca de gol una pelota previamente rematada en una acción a balón parado, pareció elevar al cuadro verde como claro candidato a lograr la victoria. Enfrente, el Somozas daba la sensación de cansancio y sus apariciones en el campo contrario no eran tan claras como hasta ese momento. De todas maneras, el dominio racinguista no se tradujo en opciones demasiado claras ante la meta de un Marc Martínez que tampoco intervino en demasía, así que los minutos fueron transcurriendo a medida que la intensidad seguía creciendo.
Así, las ganas del Racing por encadenar su undécima victoria consecutiva y el hecho de que el Somozas nunca se diese por vencido se combinaron en el tramo final del partido para escribir el guion de los últimos minutos. En ellos, el cuadro ayer de rojo avisó primero con una doble ocasión en la que David López –solo ante Mackay, al que no pudo superar, y Héber Pena, con un chut desde la frontal que el meta racinguista desvió– dieron cuanta de las intenciones de la escuadra visitante. Enfrente, Pablo Rey y Joselu también dispusieron de sendas oportunidades para culminar la remontada racinguista. Sin embargo, tras la opción que el delantero santiagués no fue capaz de anotar, llegó una contra visitante, en la que cinco jugadores se lanzaron a por los dos defensas racinguistas para que Pablo Antas terminase por marcar el gol de la victoria somocense.
Fue, a pesar de los intentos racinguistas de los últimos minutos, la manera de cerrar un partido vibrante en el que el cuadro somocense demostró ser mejor y que le permite dar otra paso hacia la permanencia, además de confirmarse como la particular bestina negra del Racing.