Un museo fantasma en un espacio rehabilitado desde hace dos años

Un museo fantasma en un espacio rehabilitado desde hace dos años

El aspecto de los bajos de la cuesta de Mella ha cambiado mucho en los últimos tres años, de un espacio abandonado y que llamaba la atención por sus dimensiones y deterioro a un espacio limpio, mejorado y con grandes potenciales. Sin embargo, el uso que se le da a esta zona continúa siendo el mismo que en la última década, es decir, ninguno.
A finales de 2014 , con el gobierno del popular José Manuel Rey, se adjudicó a la UTE integrada por las empresas Extraco y Prace la adecuación de los bajos por una cuantía superior al millón de euros.
El proyecto incluía no solo la revalorización de los bajos de Mella, donde se habilitaría un centro de interpretación de la ciudad y un punto de información turística, sino también la mejora de los jardines de San Francisco y la comunicación de estos con el bajo, a través de un ascensor panorámico, que no estuvo en su día exento de polémica.
La intervención en superficie abarcó casi 4.000 metros cuadrados y el espacio interior de la cuesta –que en su día albergó un local nocturno y donde incluso se planteó la posibilidad de instalar el mercado municipal de A Magdalena– se habilitó con distintas dependencias y servicios para poder tener un uso público y de exposición para la ciudad.
Desde que concluyeron las obras, allá por enero de 2015, este espacio se encuentra abandonado, pese a sus capacidades y lo ambicioso del proyecto inicial para la zona.
El pasado año, la concejala de Conservación de Patrimonio, Rosa Méndez, informó de que en los presupuestos de 2016, los primeros que haría el ejecutivo actual, se incluirá en su concejalía una partida específica para este nuevo museo sobre Ferrol.
Sin embargo, los planes de la edil se vieron truncados por el hecho de que no hubo ningún documento económico propio ni en el anterior año ni en este 2017, por lo que han pasado más de dos años sin dar contenido a una de la que podría ser de las joyas museísticas más destacadas de la ciudad, no solo por su contenido sino también por su espectacular continente.
La cifra que barajaba entonces la concejala para este fin era de entre 60.000 y 80.000 euros, precisando, además, contratación de algún personal para atender este espacio y facilitar información sobre los contenidos al público.
Sin embargo, desde entonces lo único que ha invertido el ejecutivo local en este espacio patrimonial ha sido la cuantía necesaria para hacer frente a las múltiples reparaciones precisas para arreglar todos los desperfectos que los actos vandálicos han ocasionados en la zona, especialmente la superior, de los jardines de San Francisco. De hecho, el gobierno tuvo que destinar casi seis mil euros a la reparación de cristales rotos, además de arreglar, pérgolas, paneles y tarimas. La acumulación de desperdicios en los accesos acristalados a la parte baja también han impedido que esta zona alcance todo el esplendor que se le presuponía cuando se acondicionó. l

Un museo fantasma en un espacio rehabilitado desde hace dos años

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