El propietario de la compañía de transporte de viajeros por carretera Monbus, Raúl López, confesó al salir de su interrogatorio con la magistrada Pilar de Lara que su arresto e imputación en la llamada operación “Cóndor” es “una situación que no deseaba”.
Al empresario gallego esta jueza, informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), le impuso el abono de una fianza de 20.000 euros, en el plazo de cinco días, por su libertad; así como la obligación de comparecer los lunes y miércoles y la prohibición de salir de España, con la retención cautelar de su pasaporte.
Raúl López, a su salida del juzgado pasadas las tres de esta madrugada, comentó a los informadores que allí lo esperaban, antes de abrazarse a parientes y empleados, que está pasando unos “días complicados” y agradeció la preocupación que notó hacia su persona.
El dueño de Monbús remarcó, asimismo, su confianza absoluta en la acción de la Justicia y no mostró extrañeza alguna por el hecho de alcanzar esa libertad porque “estaba convencido” y es lo que ocurre cuando alguien “está convencido de que aquello que hace es correcto” porque “puede haber en algún momento algún error, ¿quién no lo tiene en la vida? Pero ya está”.
Sin más apreciación, y preguntado por cómo ha vivido su detención, manifestó “mejor que no te lo diga, ¿sabes? Quiero ir a ver a la familia, darles un abrazo. En este momento es lo que están esperando. Ellos eran los primeros que confiaban en que todo esto salía bien. Y los empleados que están aquí”, subrayó el empresario.
Sobre su negocio Castro afirmó que “vivió fuerte siendo fuerte” y “va a seguir siendo fuerte. Es que no le va a pasar nada. No tiene nada que pasarle”.
Lo mismo con su otra gran pasión, el baloncesto, dado que con el Obradoiro “todo es normal, todo está justificado, no hay nada”, enfatizó Raúl López antes de insistir en el “agradecimiento” por el respaldo que ha recibido.
Además de a López, la magistrada imputó a las otras nueve personas que fueron arrestadas, entre ellos el yerno de este magnate, el director comercial del grupo, Rafael Casqueiro, a quien impuso 15.000 euros de fianza.
La causa se centra en la presunta comisión de delitos contables, de blanqueo de capitales y de falsedad documental, así como en la supuesta existencia de otros de tráfico de influencias y cohecho.
De Lara, señalaron fuentes cercanas al caso, quería saber, y en este sentido dirigió sus cuestiones, si existía una contabilidad B en Monbus, para lo que esta empresa se ayudaría de la agencia de viajes InterRías, con sede en Sanxenxo, y también pretendía averiguar si esta firma pudo haber pagado mordidas para hacerse con la concesión del contrato de transporte de las Fuerzas Armadas.