El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y todos los miembros del Ejecutivo se prepararon para el debate de la moción de censura de hoy con el claro objetivo de vender una imagen de estabilidad y seriedad y contraponerla al “número” que –a su juicio– han montado Podemos y su líder, Pablo Iglesias.
El PSOE, por su parte, se valdrá de su portavoz provisional, José Luis Ábalos, para defender su abstención en esta moción e intentar situarse como alternativa real de la izquierda frente a la “frustración” que representa Podemos.
Y desde Ciudadanos, su líder, Albert Rivera, hará una intervención centrada en rebajar las capacidades y el liderazgo de Pablo Iglesias para ejercer como presidente de Gobierno.
Los portavoces parlamentarios apuran las horas que quedan para este debate que se prevé largo y en el que no pueden saber aún cuándo les tocará subir a la tribuna, dado que Iglesias no tiene límite de tiempo y todo el Gobierno tiene la potestad de intervenir cuando quiera.
El Ejecutivo juega con ventaja porque en Podemos no saben si será Rajoy, o la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, o cualquiera de los ministros quienes contesten, y cuándo, a lo que expongan tanto el candidato como otros portavoces.
Así, a pocas horas de que Montero abra este debate –tras ella le tocará a Iglesias defender su candidatura– nadie en el Gobierno confirma quién va a hablar y en qué momento, aunque todas las fuentes consultadas en el PP dan por hecho que Rajoy tomará la palabra. ¿Cuándo? No se sabe.
Preparados están para intervenir. Es lo que ya la semana pasada se aseguró desde la Moncloa y ayer ratificó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, porque hubo instrucciones directas por parte de Rajoy para que todos los miembros del Ejecutivo estén listos por si es necesario que suban a la tribuna.
Un espectáculo mediático
Existe el convencimiento en el Gobierno de que ambos van a intentar que el debate sea bronco, porque, subrayó Sáenz de Santamaría, es la forma de actuar que tiene Podemos para intentar convertirse en el centro de un “espectáculo mediático”.
Se trata, a su juicio, de una actitud que no toma en serio a las instituciones y que sólo las utiliza para “montar el número”.
Frente a ello, garantizó (aunque sin desvelar quién responderá) que habrá una contestación “con argumentos” por parte del Gobierno y del PP.
Sí es segura la intervención del portavoz del PP, Rafael Hernando, quien cerrará el turno de los grupos y buscará con su discurso desmontar la España “en blanco y negro” que esperan pinte Pablo Iglesias.
José Luis Ábalos, que se estrena como portavoz, de los socialistas, dijo ayer que pondrá el énfasis en denunciar que la sociedad es más “desigual” e “injusta” después de seis años de gobierno de la derecha, porque eso es “lo que hiere a una ideología de izquierda” como la del PSOE.
No tiene intención de ser duro con Podemos porque sería, consideró, un “grave error” pelearse con los que deben convertirse en “compañeros de viaje”.