Y sacudiendo capones a una oposición que se muestra, a su entender, poco cooperativa a la hora de aceptar los precios políticos que él pide.La semana, con un debate parlamentario algo demencial en el centro de ella, ha tenido mucho de castillo de naipes en el aire, de humo que ojalá se concrete en algo sólido, de efímera bronca de unos a otros; en definitiva, algo ha habido de paso de las aceitunas, sin que hasta el momento podamos contar con un Aloja, el vecino de Toruvio y Àgueda, que imponga un mínimo de sentido común y de humor en el asunto, que se va encrespando, de los euromillones: “0h, qué graciosa quistión”, dice Aloja, haciendo notar la ridiculez de la discusión, que se basa en el precio de unas aceitunas que no existían, “y sin embargo ya está la muchacha llevando tarea dellas”.