Los gallegos pagarán este año una media de 476 euros menos este año del impuesto directo IRPF sobre sus ingresos del año pasado, respecto a 2009, asegura este domingo la Xunta.
Este nuevo sistema de pago se sumará a los existentes, ya que la Atriga universalizó en el 2021 la posibilidad de abonar en línea, a través de la Oficina Virtual Tributaria y con una tarjeta de crédito o débito.
Así lo ha señalado en su intervención en el Foro La Toja, celebrado en la localidad pontevedresa de O Grove, donde ha participado a través de un vídeo grabado después de cancelar su visita a Galicia por haber dado positivo en Covid-19.
El nuevo impuesto se aplicará en 2023 y 2024 y constará de tres tramos: entre 3 y 5 millones de riqueza neta se pagará un 1,7%; entre 5 y 10 millones, un 2,1%; y por encima de 10 millones, un 3,5%.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha garantizado que continuará con su política de bajar impuestos y evitar "poner en riesgo la consistencia" de los servicios públicos, a pesar de que la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, le volviese a acusar de lanzar "un pelotazo fiscal" de 34 millones de euros a los ricos con el aumento de la bonificación del impuesto de patrimonio hasta el 50 por ciento.
El presidente en funciones de Castilla y León y aspirante a la investidura, Alfonso Fernández Mañueco, ha avanzado este lunes que su gobierno iniciará "de inmediato" los trámites del proyecto de ley para rebajar el IRPF autonómico a "todos los contribuyentes en el primer tramo del impuesto" -hasta 12.450 euros, en el que se paga un 19 por ciento-.
El conjunto de las comunidades reciben cerca de 10.000 millones de euros anuales por el impuesto sobre los hidrocarburos, que el Gobierno podría rebajar el próximo día 29, como han propuesto algunas de ellas, con la consiguiente merma en los ingresos de las administraciones autonómicas.
Fuentes del sector achacan este nuevo descenso mensual a la crisis por la escasez de semiconductores
La creación de una comisión de expertos para modernizar el sistema tributario español de cara al ejercicio 2022” es el eufemismo que empleó la ministra de Hacienda para anunciar una subida impositiva de la que cabe esperar lo peor para nuestras carteras.Todos somos conscientes de la necesidad de una fiscalidad progresiva para que el Estado recaude recursos y los aplique a sostener el bienestar (los servicios que demandamos y recibimos), la cohesión territorial y la solidaridad intergeneracional.
Un baile de la conga impositivo que tiene de los nervios a los españoles, que se temen que, al final, serán los que tengan que apretarse el cinturón un poco más, y ya no le quedan agujeros.
Es la mejor manera de hundir aún más la economía, el peor momento, ya que la pandemia ha dejado muy debilitadas y endeudadas nuestras empresas y eso sin contar las que no han podido sobrevivir por la falta de ayudas directas.Al margen de que subir impuestos no parece la mejor campaña para las elecciones a la Comunidad de Madrid el 4 de mayo, más que nada porque el candidato socialista ha dicho lo contrario en los últimos días, hay que recordar que el Gobierno no ha sido incapaz de recaudar con los nuevos impuestos en vigor desde este año ni la mitad de lo que había previsto.
La Diputación de A Coruña pretende dar "más facilidades" a los contribuyentes, que también podrán fraccionar el Imposto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM)
"No está justificado que el sector tenga que estar cerrado con tasas de contagios del 3 por ciento cuando las oficinas, por ejemplo, tienen más del doble y nadie las cierra”, asegura César Sánchez-Ballesteros, presidente de la federación provincial de hosteleros.