Por ello, la detección de estas tasas bajas de anticuerpos que son indetectables en otros test supone una información valiosa para la estrategia médica de estos pacientes que, en realidad, podrían estar protegidos en caso de volverse a contagiar.Esta investigación se sustenta en las líneas celulares obtenidas por ingeniería genética en los laboratorios del CSIC y se basa en una prueba conocida como citometría de flujo que solamente necesita un microlitro de sangre extraída del dedo.El vocal de la Sociedad Española de Inmunología, Francisco Marco, destacó que el test visualiza un tipo de anticuerpo “esencial”, de tipo IgA, que permanece hasta ocho meses después de la infección en la gran mayoría de pacientes y que constituye la primera barrera frente al virus.