La logística igual están un poco complicada, por aquello de que lo suyo estaría fuera de la escena cultural, pero malo será que no encuentren alguna nave abandonada, en plan rave de Llinars.
Pero el problema es que los que están llamados a ser los nuevos responsables de la Generalitat están demasiado ocupados en sus negociaciones como para preocuparse de que las calles están tomadas por los vándalos.