La Costa da Morte, zona cero del desastre ecológico que supuso hace 20 años la ruptura y naufragio del Prestige, está salteada aún de rocas que conservan indeleble la marca negra de una tragedia todavía envuelta en desconocimiento, toda vez que se ignora casi todo de lo que sucede en el pecio hundido con fuel, de manera que no faltan voces que reclaman descender y conocer.