Las cosas mal hechas

La Xunta y la CCDRn anunciaron días pasados que se había celebrado un plenario de la Comunidad de Trabajo Galicia–Norte de Portugal con una amplia y sugestiva agenda de temas tratados. Lo cual es rigurosamente falso. Lo que se celebró fue un foro de conferencias y una posterior rueda de prensa. Porque los plenarios están regulados por acuerdos firmados y son mesas de decisión, en las que se discuten temas que se aprueban o no. Y los miembros de la CT también están regulados mediante protocolos firmados hace más de diez años. Así que niego la mayor. El plenario de la Comunidad de Trabajo hace más de nueve años que no se reúne y, por tanto, nada se discute y, consiguientemente, nada se aprueba. Es uno más de la larga lista de fracasos de la acción exterior de la Xunta.
Lo que no quita que tengamos un presidente ágil y razonablemente listo, que se dio cuenta de la trampa en la que lo metían sus subordinados y reaccionara con gran habilidad, dadas las circunstancias. Espero que su habilidad política, demostrada, le lleve a tomar decisiones para cesar a algunos incompetentes y retomar una acción exterior tan necesaria como importante para Galicia, especialmente en lo relativo a Portugal, prioridad de la acción política de Galicia.
No puedo estar más de acuerdo con las propuestas que realizó. Básicamente porque son en su totalidad las que el Eixo Atlántico lleva años transmitiéndole como necesidades básicas de la Eurorregión. Es una pena que no citara la fuente, pero no se puede tener todo en el mismo paquete. Por lo menos se hizo eco de ellas, aun apropiándoselas. Lo que no nos plantea problemas, ya que lo importante es llevarlas a cabo y no quién se ponga las medallas.
Ahora para ser coherente, le toca al señor presidente en su nueva condición de presidente de turno de la CT pelear con el Gobierno central las que son competencia nacional y ejecutar las que son competencia autonómica. Aún está sin desarrollar el Plan de Inversiones Conjuntas que elaboró el Eixo Atlántico, le cedió desinteresadamente y fue llevado a aprobación del Consello da Xunta. Una vez más se olvidó de citar a los autores, pero al menos lo llevó al Consello en una decisión que apoyamos. Eso sí… en tres años nada se avanzó. Así que ya va tocando.
En resumen, creo poder afirmar que el presidente tendrá todo el apoyo en la materialización de esas propuestas, fundamentales para el desarrollo de la Eurorregión. Pero no es menos cierto que hacen falta gestos que den credibilidad a sus propuestas: renovación de la acción exterior de Galicia, con gente nueva y capaz que superen estos años lamentables. Recuperación del espíritu y las formas de la CT, empezando por plenarios serios, participativos, democráticos y con contenido político. Y sobre todo que generen ilusión y entusiasmo en quienes trabajamos en la cooperación y que estamos deseando tener motivos para apoyar al presidente de la Eurorregión, y sentirnos participes de un proyecto común.
Porque lo contrario generará desencanto, desmotivación y desvinculación de un proceso muerto. La mano está tendida. Suya es la elección, señor presidente.

Las cosas mal hechas

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