Tambores de Fu-Manchu

Que los orientales son, de suyo, apostadores no es novedad. Que, puestos a apostar, apuesten a todo parece de Pero Grullo. Pero que detengan su atención en el Racing de Ferrol-Coruxo, hasta el extremo de conseguir que quienes jugaron este partido el domingo pasado se plieguen con toda exactitud, en el tanteo y su minutaje, a los deseos de los jugadores de Pekín, Singapur o Bangkok suena a película mala. De película del extinto Cine Callao un domingo por la tarde, y “Gorila” apuntando con su linterna a los espectadores traviesos.
De “Los tambores de Fu-Manchu”, por ejemplo, que tal parece –por lo truculento– el artículo que acabo de leer, pasmado, en el ABC, rotativo dirigido por el cedeirés Bieito Rubido. Un artículo ¡a dos páginas! (un tercio de la sección de Deportes) en un periódico, es de suponer, que se ocupa más bien poco de Segunda B. Ayer, no, ayer dio tambores (de Fu-Manchu) y bombo y platillo a una soflama tirando a opiácea, por lo soporífera, trufada de argumentos a lo Groucho Marx en la escena de los contratantes de la primera parte. Ofenden los pollastres que firman el artículo a un club impoluto y –de paso– a unos jugadores “fácilmente corruptibles, al tener salarios muy bajos en sus clubes”. Razonamiento peregrino que ignora que los auténticos corruptos, en este país, son gente de sueldos muy copiosos.
Y no me hagan dar nombres, que no quiero aburrir al personal con lo ya sabido. Lo que yo sí sé es que el Racing el domingo jugó muy bien, reaccionó con coraje ante un gol tempranero del Coruxo y dio un recital de cómo actúa un equipo programado para ascender. Con Joselú, ¡vaya novedad!, en plan goleador. Lamento, y mucho, el disgusto de mis cofrades racinguistas (los Silveira, Pepe Criado y demás) y esa plantilla que hoy, seguro, se partirá el alma en Boiro para demostrar lo innecesario. Que el Racing de Ferrol ni se compra ni se vende.

Tambores de Fu-Manchu

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