Venido a mucho menos

Dicen que no está bien eso de autocitarse. Pero no me resisto a ello y a recordar que el lunes pasado y en estas mismas páginas mostraba mi escepticismo por que el pacto PP-Ciudadanos al menos en Galicia llegara a buen puerto. Y así ha sido. La oferta de Feijóo al partido de Arrimadas fue inasumible: un par de puestos en las listas sin perspectivas de salida y/o algún que otro cargo menor en el esquema administrativo de la nueva Xunta que se formase. 

Así las cosas, el “nanay” de la sucesora de Albert Rivera estuvo más que justificado y a ella no le ha quedado más remedio que darlo por imposible y acudir con lista propia a las elecciones del 5 de abril. Tampoco ha ayudado nada el momento en que el acuerdo fue alumbrado: en pleno proceso electoral interno y en duro forcejeo con el cabeza visible del sector crítico, Francisco Igea.

Poco, en efecto, podía aportar Ciudadanos en votos, cuadros e infraestructura territorial. Tampoco la militancia del PP está por la labor de tal sintonía,  sino todo lo contrario. C´s es un partido venido a menos; a mucho menos,  que además ha pecado de prepotencia y que desde sus poderes centrales no ha entendido las necesidades  de Galicia.  

Como azote que había sido de la rebelión independentista, tuvo su momento de gloria en las catalanas de diciembre-17, aunque a la hora de la verdad renunciara a  gobernar, quizás por decisión de un ya obcecado Rivera. 

En las generales de abril-19, con sus 4,1 millones de votos y 57 diputados llegó a pisarle los talones al PP de Pablo Casado y a convertirse en el tercer partido de la política española. Pero aquello fue como un fuego fatuo, porque sólo siete meses más tarde (noviembre-19) sufrió un enorme batacazo: quinto puesto nacional, 2 millones y medio de votos perdidos y sólo 10 parlamentarios. ¿Por qué tal sangría en tan poco tiempo? De una formación bisagra  Rivera quiso hacer un partido de Gobierno. Todo un salto en el vacío, prácticamente sin contar con nadie.

Arrimadas sí estuvo a su lado. Ahora, sin embargo,  le toca a ella recomponer el desaguisado. El último barómetro del CIS de Tezanos ha hecho renacer una cierta esperanza: avance de casi punto y medio sobre los resultados del 10-N. Pero otras encuestas en curso sobre las autonómicas catalanas, aún sin fecha, no le auguran nada bueno ni en lo que fue su plaza fuerte: se dejaría nada menos que 24 escaños de los 36  que tiene en el Parlamento regional.

Con todo y lo que es peor, el desplome no sería sólo de Ciudadanos, sino de todo el bloque constitucionalista: a los doce representantes que podría cosechar Arrimadas habría que sumar los 9 del PP, que ganaría 5,  y los 4 de Vox. En total, sólo 25. Sombrío panorama.

Venido a mucho menos

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