Banderas, experto en el manejo de la fama

Si algo ha demostrado Antonio Banderas a lo largo de su carrera es que sabe gestionar su fama. Una asignatura difícil que pocos artistas aprueban, no por falta de ganas, sino porque se ponen en manos de agentes de prensa que para ganarse su confianza les aconsejan mantenerse bien alejados de los representantes de los medios, de todos, sin excepción. Que esto lo hagan Mel Gibson, Susan Sarandon o Meryl Streep podría tener su lógica. Que se lo impongan al último de la fila, causa risa y un enorme perjuicio a quienes intentan abrirse camino en el mundo del espectáculo. Conozco a Antonio desde que llegó a Madrid en busca de una oportunidad. He seguido su carrera artística y sentimental. Siempre ha sido educado, atento, cordial, cercano, con quienes lo único que pretendemos es acercar a la estrella al público. De ahí su buena imagen.
Recuerdo su primer viaje a España con Melanie Griffith, su preocupación por cómo sería recibida, la exposición mediática a la que se sometieron, siempre intentando agradar a los periodistas, algunos de los cuales se cebaron en sus críticas a la pareja, que optó por la mejor de las soluciones: hacer oídos sordos, incluso cuando una reputada periodista llegó a decir que Melanie no estaba embarazada y que lo que llevaba en su tripa era una almohada. Ni siquiera entonces Antonio entró al trapo, aunque le dolió mucho, según me comentó.
Ha pasado tiempo desde entonces, pero su actitud sigue siendo la misma. Lo demuestra el que invierta parte de su tiempo y de su dinero en ayudar a quienes más lo necesitan, como es el caso de estudiantes de la Universidad de Málaga que no tienen medios económicos para ampliar sus estudios en Canadá o EEUU. De ahí su implicación en la gala solidaria que desde hace siete años se celebra en Starlite, en la cantera de Nagüeles, en Marbella, en la que comparte sueños y proyectos con Sandra san Juan.
Juntos forman un tándem magnífico que ha conseguido a base de cenas glamurosas cerca de dos millones de euros, ya que como dice Banderas “si para conseguir nuestros objetivos, tenemos que tirar de lujo, lo hacemos, y de paso le damos a Marbella una imagen solidaria”. Palabras que llegaron al corazón de todos los que este año acudieron a la gala y a la posterior subasta en la que el actor se implicó tanto que incluso algunos de sus amigos más íntimos no dudaron en soltar la pasta si con ello ayudaban a que se cumpla el sueño de tantos niños mexicanos a los que ayudan a conseguir un futuro mejor.

Banderas, experto en el manejo de la fama

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